Las palabras quedan cortas para describir lo que el icono del fútbol peruano y mundial como César Cueto desplegaba su talento en el terreno de juego. 

El 'poeta de la zurda' conquistó el título de 1981. Un campeonato que el mismo calificó de duro pero gratificante. Con 102 partidos y 17 goles, Cueto dejó una huella imborrable en el equipo 'verdolaga'. 

"Es un honor pertenecer al Atlético Nacional, agradezco por la invitación. Me parece muy bien que el club reconozca a sus jugadores, es emocionante recibir tanto cariño del pueblo colombiano", expresó el gran mediocampista inca. 

El fútbol y sus épocas cambiantes

"No hay comparaciones entre las épocas, en el fútbol que pude jugar fueron momentos duros, lo más importante es que siempre salía a la cancha a dar lo mejor, nunca perdí la alegría de jugar, siempre iba para adelante, tuve grandes compañeros que me permitían jugar para adelante y mientras eso disfruté los logros que pude conseguir", explicó quien también es ídolo de Alianza Lima. 

El título del 81, capítulo aparte

"Fue el fruto del trabajo de todo un año, una competencia dura, momentos difíciles que pudimos sortear, fue coronar un logro maravilloso para mí, ese título lo tengo guardado en el corazón". 

'Verdolaga' a la distancia

"Cuando puedo trato de seguir al club, ahora que participa más seguido en la Copa Libertadores, Sudamericana lo he visto más. Cuando van a Perú los visito al hotel o me visitan, la relación sigue siendo muy especial", remarcó Cueto.

El peruano agregó ante la excelente etapa que vive el club; "Me da mucho orgullo los últimos triunfos, han pasado por aquí jugadores muy talentosos, saco pecho por ellos". 

"Ya lo saben todos allá en Perú, todos somos hinchas de Nacional".

"Atlético Nacional es una gran parte de mi vida, fue un equipo donde pude coronar muchas metas tanto en lo futbolístico como en lo personal", explicó. 

 

En el 'verde' siempre hubo talento

"Cuando yo llegué, Nacional siempre tuvo jugadores de calidad, no solo en el primer equipo, habían muchos chicos que salían de las inferiores y jugaban muy bien al fútbol, dejamos una pequeña escuela en un país donde se juega bien. Es duro, pero cada vez que vengo me hace notar el cariño toda la hinchada", concluyó.