Volvieron los domingos por la tarde de fútbol al Atanasio Girardot, luego de que muchos compartieron en la Ciclada Verdolaga, empataron su día 'verde' con el encuentro por la cuarta fecha de la Liga Águila ante Deportes Tolima. 

De a poco los hinchas comienzan a creerle al 'estilo' que quiere imponer el técnico español Juan Manuel Lillo. Sin embargo, el volumen de juego se opaca con los despilfarros que tiene el equipo en el frente de ataque, a pesar que tiene a uno de los 'killers' del campeonato como Dayro Moreno. 

Antes que llegara el gol al minuto 32, los locales generaron seis opciones de gol que entre los palos, los remates desviados y las buenas intervenciones del portero paraguayo Joel Silva privaron que la distancia en el marcador fuera más larga. 

Y es que Nacional los primeros minutos te asfixia, presiona bien, abre la cancha, ocupa espacios y genera otros para atacar. El desgaste es mucho mayor con respecto a lo que pedía Reinaldo Rueda. Quizás es lo que puede interpretarse para que el equipo haga discretos segundos tiempos. La energía la 'gastan' aplicando ese fútbol de posesión que para los remates se quedan físicamente. 

Los cambios eran los indicados pero en otro órden, se observó el debut de Christian Mafla ante la salida por lesión de Edwin Velasco. El ex Bucaramanga estuvo claro en sus pocas intervenciones en el juego, es evidente que le falta rodaje con respecto a sus compañeros. Edwin Valencia sigue siendo la 'aduana' del equipo, pero pidió el cambio debido a una fatiga muscular, con Juan Pablo Nieto y Aldo Leao Ramírez encontró los socios para generar peligro. 

Gustavo Torres no le está pesando jugar en Nacional y cada que puede es desequilibrante, Rodin Quiñones sigue siendo determinante para abrir la cancha y fijar al lateral contrario. Nuevamente Felipe Aguilar entró a hacer el tres en el fondo aunque con más dudas que certezas, lo que obligó a Lillo recomponer el cuatro posterior. 

Se vienen dos partidos que demandarán mucho resto físico como contra Atlético Huila y Junior en Neiva y Barranquilla. No solo en los juveniles se puede confiar, el ibérico aguarda por la recuperación de varios elementos, con solo 21 jugadores profesionales, el grupo está muy corto inclusive si solo se piensa en torneos locales. 

Hasta ahora el balance de Lillo es positivo, nueve puntos de 12 posibles indica que la construcción del juego va de la mano con los resultados. A medida que avancen los campeonatos se tiene que hallar una mejor versión. 

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Sobre el autor
Juan Camilo Alvarez Serrano
Periodista deportivo del Círculo de Periodistas deportivos de Buenos Aires, Argentina. Colombiano. Amante al buen fútbol. La razón y el trabajo, te llevan al lugar que buscas.