Dicen que recordar es vivir y como no rememorar esas victorias en partidos que se convirtieron en el tiempo en memorables. Macnelly Torres llegó en el 2011 procedente del Colo Colo de Chile con la ambición de quedar en la historia de Atlético Nacional. 

A pesar de no conseguir buenos resultados en las dos primeras fechas, (derrota ante Envigado como local y un empate ante Equidad en Bogotá), la situación tenía que cambiar para un equipo que se había acostumbrado a ver celebrar a otros desde ese brillante 2007 donde era el flamante Bicampeón colombiano. 

Llegó el 19 de febrero y Atlético Nacional recibía a un América expectante y con ansias de volver a los primeros planos del campeonato, varias situaciones organizacionales lo habían relegado y eso que en el 2008 conquistaría su estrella número 13 igualando con Millonarios entonces como los mayores campeones de Colombia. 

Aquella noche en un Atanasio Girardot en reformas había acotado su aforo. Sin embargo, los 12.000 aficionados presenciaron un encuentro que hasta mañana no se había vuelto a ver en tierras antioqueñas por seis largos años. Pues contra todo pronóstico, América perdió la categoría a final del 2011 fruto de malos resultados a todo nivel. 

La noche del 'mago' fue la asociación con Jhon Valencia y Dorlan Pabón, entre los tres abastecieron de gran manera a Carlos Rentería quien al minuto 15, 29 y 41 le dio destino de gol para la alegría de los 'verdolagas' y la amargura de algunos 'escarlatas' quienes asistieron sin su tradicional camiseta roja. 

Este fue el preludio de un romance entre 'Mac' y el 'verde', llegaron partidos como contra Junior o Cúcuta donde él fue quien se llevó las miradas, avanzó el campeonato y Torres se convertiría en uno de los bastiones para que Nacional volviera a dar una vuelta olímpica. 

Pasaron seis años, Macnelly se fue y volvió dos veces, siguió gritando campeón con el 'verdolaga' en Colombia y por el continente, se transformó de refuerzo en leyenda. Por eso nunca se sabe cuando se podrá detallar el comienzo de una historia con un simple partido de campeonato. 

Seguramente, mañana saltará a la cancha con su camiseta '10', su talento en los pies y las ganas de seguir opacando a los rivales, esta vez vuelve a ser el 'diablo' al que ya supo exorcizar en el patio de su casa, el 'coloso de la 74'.