Desde el 2009, Aldo Leao Ramírez no vivía este clásico ante América de Cali en el Atanasio Girardot. Para el volante samario fue una noche especial, más allá del triunfo de Atlético Nacional, pudo marcar el 2-0 que le dio la tranquilidad al equipo 'verdolaga' para asegurar tres puntos que lo ponen entre los primeros de la Liga Águila 2017-II

Dice el viejo adagio "goles son amores", pero más allá del tanto marcado, Aldo fue clave en el equilibrio en el medio campo 'verdolaga'. Colaboró en marca siendo llave con Edwin Valencia, quitó balones, combinó con Macnelly Torres en ese 'diamante' que han formado en el centro y hasta filtró balones para los delanteros. 

Su experiencia en México donde le crearon esa función de contención, la agrega a la que ya tenía como creativo para ser un jugador polifuncional. Dicho esto, su gran pegada justificó en el gol que puso a celebrar a los cerca de 37.000 aficionados en el 'coloso de la 74', quienes fueron a presenciar un encuentro que tenía seis años de ausencia. 

Superando la barrera de los 30, Ramírez no espera que lo convoquen a la Selección Colombia, aunque si lo hacen sería una caricia al alma. Aldo volvió a Nacional con el propósito de aprender y divertirse, como ya lo ha dicho en varias entrevistas. El quiere actuar para el equipo y participar cuando más lo necesiten.

La experiencia que le ha dado el fútbol hace que sea un jugador más pensante, calculador y colaborativo, creador de pequeñas sociedades y trabajando por el ideal de conseguir la victoria. Con dos títulos a su regreso y con mucho fútbol por delante, Aldo Leao Ramírez hace notar que segundas partes quizás no pueden ser tan buenas, pero que las terceras partes son las que hacen una leyenda.