Se encuentra a aproximadamente 2 horas de la ciudad de Guayaquil por la vía que conduce hacia Riobamba capital de la provincia de Chimborazo, Pallatanga es un pueblo prácticamente desconocido en el almanaque turístico de la serranía para los ecuatorianos y extranjeros que aman visitar este sector maravilloso de suelo ecuatorial.

De extensión pequeña en cuanto a territorio, pero que como el mismo Ecuador, una vez descubierto se puede tener la certeza que no importa el tamaño para poseer abundantes y únicas riquezas y belleza, así es Pallatanga rodeada de colinas y cordilleras aparentemente solo cultivables, de una gran diversidad de frutas, legumbres, flores etc, pero ya adentrándose en las profundidades de su terruño nos encontramos con una belleza inimaginable.

Por la mañana observar el amanecer desde un mirador a más de 2500 metros de altura es una aventura excitante y única, ver la ciudad desde arriba y el sol en su magistral aparición ante los ojos aún incrédulos de los visitantes es una experiencia sin valor aplicable absolutamente.

Siguiendo con el recorrido nos encontramos con la siembra y cosecha de frutas típicas como la frutilla, dominada casi absolutamente por las mujeres que se las ve entregadas a su labor sin ningún tipo de prejuicio o queja por su trabajo, seguimos y finalmente empezamos el encuentro con la verdadera belleza incógnita de este bello pueblo.

Luego de pasar unos pequeños riachuelos que van dando señales de lo que se descubrirá más adelante, escalar unas pequeñas paredes de roca, toda una aventura que inflama de golpe la adrenalina, llegamos a una de las cascadas de las tantas que posee, un manto enamorador que al caer se parte en dos en una roca creando un espectáculo hipnotizador y emocionante, las emociones convergen entre si y ablandan al más duro de los corazones para conectarlo con la esencia creadora de tan incomparable espectáculo.

Cuevas de osos, flores silvestres, hongos, riachuelos y rocas son la temática de cada paso, de cada experiencia, de cada agradecimiento de que la luz nos ilumine pero más allá de eso que aún se permita ingresar por nuestros ojos dejando en claro su presencia para que seamos testigos atónitos de todo, al menos en lo que es en ese momento nuestro universo, de todo lo que la creación nos ofrece sin pedir algo a cambio sino tan solo respeto y consideración.

Una de las cascadas más impresionantes que posee Pallatanga es una inmensa caída de agua que en su recorrido desde su cielo hasta el suelo se transforma en 4 cascadas en una, una visión imborrable de lo poco que pude observar, pero de lo mucho que me espera por visitar.

Pallatanga no solo es un sitio de belleza naciente, de nada serviría que lo sea si sus pobladores no marcaran la diferencia con los demás lugares bellos que posee este inconfundible Ecuador, sus moradores son artífices potenciales del progreso que experimenta el sector como tal, conciencia, unión, apoyo y compromiso son los pilares de su sociedad, y esta actitud está presente también en la mente y decisión de los empresarios comprometidos con el desarrollo pero también con la sustentabilidad, mantenimiento y recuperación de la naturaleza, ejemplo de ello es la Hostería Ecovita.

Ecovita es una muestra clara de que lo sustentable, no solo es saludable sino que también puede generar réditos económicos mejores inclusive que los producidos por la explotación indiscriminada e inconsciente de los recursos naturales, en Ecovita uno encuentra tranquilidad, belleza, pureza y sustentabilidad en su máxima expresión, hoy en día con su granja orgánica Ricardo Salazar su propietario espera producir lo suficiente para solventar el consumo de su negocio, la cunicultura y la siembra de árboles propios de la zona, donde habitan ardillas silvestres y varias especies de aves, es otra maravilla en Ecovita, bendecida con un río al pie de sus instalaciones, el corazón de sus colaboradores y la mente brillante, respeto y amor de su propietario por la naturaleza, convierten a este lugar en un ejemplo y punto imperdible de quienes quieren encontrar paz y tranquilidad alejados de la ciudad y rodeados de la siempre amorosa naturaleza ecuatoriana.

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Sobre el autor
Alberto García López
Corresponsal Internacional para Suiza y Canadá, Coordinador de Vevel Ecuador, además de motivador y egresado en comunicación audiovisual.