Las despedidas siempre son tristes, más aun cuando el tiempo transcurrido fue un continuo ‘soñar despierto’. Y es que, hacer campeón a un gigante nacional tras un desastroso período de 14 años sin títulos es verdaderamente un sueño hecho realidad para muchos.

¿Cuántos hinchas de Barcelona vieron por primera vez a su equipo levantar la copa con sus propios ojos? ¿Cuántos de ellos vivieron por primera vez ese festejo masivo en honor a su equipo? ¿O expresaron la algarabía infinita al gritar con el alma las canciones de la Sur Oscura? Incluso el que si lo vivió en el 97 lo necesitaba, pues llegar al monumental esperando revivir ese momento y ver todo lo contrario, destroza a cualquier fanático.

Lastimosamente el 2013 trajo consigo complicaciones ineludibles para Costas, como las disputas dentro del camerino a principio de temporada o la venta de Díaz y Nahuelpan. Y si a estas le sumamos la mala pretemporada, las deudas y la falta de recursos técnicos/tácticos que han mostrado los jugadores esta segunda mitad de año, el último campeón no podrá salir de ese bache en el que se encuentra. Las memorias de la tan ansiada estrella 14 deberán posponerse.

Si Costas debió quedarse o hizo bien en irse, nadie lo sabe. Lo cierto es que su salida es inminente. Volverán a ser 2 entes separados, como lo eran antes. La diferencia es que ahora los 2, aparte de un campeonato más, han ganado un nuevo amigo. Gracias y Hasta siempre.