La DT de 41 años nos habla acerca de su recorrido en el fútbol y sus experiencias. Dirige el equipo de Liga Deportiva Universitaria Amateur de Quito desde hace ocho años y tiene muy claro lo que significa su equipo para ella. Mide 1,57 metros de altura, pero sus ganas de servir a sus jugadoras, guiarlas e incentivarlas a ser mejores no tiene límites.

Pregunta. ¿Dónde nació?

Respuesta. Nací en la parroquia el Tingo, cantón Pujilí, provincia de Cotopaxi.

P. ¿A qué edad comenzó a practicar fútbol?

R. Empecé a practicar pelota desde los siete años con mis hermanos. Jugábamos ecuavóley allá en la costa.

P. ¿Cómo fue su infancia relacionándola con el deporte?

R. Una infancia muy bonita porque mi padre, mi madre y mis dos hermanos mayores jugaban vóley, el ecuavóley de tres, donde se baja el balón a filo de red. Allá en la costa todas las tardes peloteábamos vóley, jugábamos indoor en la cancha de aserrín o íbamos al río. Por ahí viene la afinidad al deporte en sí.

P. En el fútbol, ¿Cuál fue su mentor, su maestro o su entrenador que más influyó en usted y fue su guía?

R. Mi profesor de escuela, Oswaldo Cevallos. Él fue mi profesor desde tercer grado hasta sexto grado y jugaba espectacular. Jugaba vóley con mis hermanos y nos entrenaba cuando teníamos que jugar frente a otras escuelas. Él fue mi primer ídolo, héroe y hasta hoy hay una gran relación. Lo aprecio un montón.

P. ¿En qué equipos jugó?

R. Jugué para Unión de Ciudadelas, Estrella Azul y después pasé a Liga. A nivel interparroquial jugué para el León Blanco de Alangasí, donde alcancé el pentacampeonato. Y para el Club Iberia, donde hasta ahora practicamos un poquito de fútbol a nivel barrial.

P. ¿Qué posición ocupa en la cancha?

R. Arquera, volante armadora o delantera.

P. ¿En qué momento de su carrera futbolística se dio cuenta que su posición ideal era la portería?

R. Cuando llegué a Liga en el año 2000. Escaseaban las arqueras, no había preparación, no había proceso y casi nadie quería ser portera. Al yo haber sido basquetbolista y voleibolista tenía la habilidad para saltar, tenía coordinación, los brazos duros para meter las bolas y todo…  Eso permitió que me trabajaran solo para pulirme.

P. ¿Qué la motivó para que usted decidiera salir de las canchas y convertirse en DT?

R. La necesidad de que en el 2007 al entrenador que teníamos en Liga lo despidieron, en ese entonces yo era arquera y capitana del club. Sin embargo, si yo quería seguir tapando no teníamos quien nos entrene. No había un líder, no había quién este a la cabeza del equipo.

Desde que yo entré al club, me apoderé, me apropié con alma, vida y corazón por la capitanía que tenía. Como yo ya era profesional y trabajaba, aportaba y llevaba las agüitas a los entrenamientos, los sanduchitos, unos pancitos a la salida de los partidos y empecé a poner amor y gusto a eso.

Cuando dejaron al equipo sin entrenador, tomé esa decisión. Estando en mi mejor momento tuve que dejar el arco y ponerme al frente. Sacarme los guantes y ponerme la camiseta de entrenadora para asumir ese reto tan grande pero hermoso que desde el 2008 me permitió dirigir a Liga hasta la presente fecha.

P. En una palabra, ¿Qué significa Liga de Quito para usted?

R. Vida

P. ¿Cuál es su figura deportiva favorita? ¿Por qué?

R. Oliver Kahn, guardameta alemán. En su momento era mi referente para el arco. También admiro, en el fútbol nacional, a Rambert Vera desde que llegó a Liga de Quito. He podido presenciar semana a semana los entrenamientos de él, ver su trayecto, su recorrido. Esa alma, esa vida, ese entregue, ese corazón que tiene pocos lo tienen. Hoy por hoy el Beto también lo tiene. Son los dos corazones de león que a mi llenan como jugadores de fútbol.

P. La mejor experiencia futbolística. Una como jugadora y otra como entrenadora.

R. La mejor experiencia futbolística, fue cuando alcancé el tricampeonato del interparroquial. Me tocó contra Llano Chico, fuimos a penales y tapé tres de los cinco. Luego ganamos dos años consecutivos más y me retiré siendo pentacampeona de Alangasí. Eso fue lo más maravilloso, tapar los tres penales y darle el tricampeonato en ese entonces al equipo del León Blanco.

Como entrenadora hubo muchos maravillosos momentos. Por ejemplo, el primer año que estuve con Liga, ganamos el Campeonato Nacional de Fútbol Playa. Gané el Campeonato Nacional de Fútbol Sala. Ahora el Campeonato Nacional con la Sub-20. La última que está latente es la ganancia del Campeonato Copa Pichincha jugado en el Olímpico Atahualpa frente a ESPUCE. Fuimos a alargues y definición en penales. Creo que eso fue maravilloso para muchas personas y todo entrenador quiere vivir esas experiencias y al final alzar la presea.

P. ¿Cómo se describe usted como entrenadora? Su carácter, su actitud y su personalidad.

R. Soy una persona muy entregada a mi trabajo. Con mucha entrega, actitud, perseverante, muy exigente, apasionada.