No hay nada más lindo que el sentimiento de campeón. Sin embargo, para los finalistas del Torneo Descentralizado del Perú, Sporting Cristal y Juan Aurich; existirá una preocupación más allá que la de coronarse dentro del país. Hablamos de la famosa frase de "la Copa Libertadores es mi obsesión". No obstante, esta obsesión se está viendo un poco distorsionada ya que tanto campeón como segundo puesto tendrán que vérselas contra dos de las actuales potencias de Argentina durante la edición 2015 del torneo más épico a nivel de clubes en Sudamérica. River Plate y Racing de Avellaneda esperarán por los dos finalistas del Descentralizado en diversos grupos.

Juan Aurich y Sporting Cristal jugarán un duelo en donde destinos estarán por decidirse. El ganador irá a la fase de grupos de la Copa Libertadores como Perú 1 y el subcampeón ingresará como Perú 2.

El destino del campeón

El ganador del decisivo encuentro clasificará directo al grupo 8 de la  Libertadores. Sección conformada por el Guaraní de Paraguay, el ganador del duelo entre el Cerro Porteño paraguayo y Deportivo Táchira de Venezuela y el reciente campeón del Fútbol Argentino, Racing. La 'academia', dirigida por Diego Cocca tiene como una de sus flamantes figuras al aún peligroso delantero Diego Milito. Otra de las más temibles armas del club de Avellaneda, es el joven volante de 21 años, Ricardo Centurión, artífice del único tanto en el duelo frente a Godoy Cruz en donde se consiguió el campeonato.

El otro camino a temer

Si bien al perdedor del duelo de vuelta del Play Off le tocará ingresar al grupo 6, grupo sin vasto historial conformado por el Tigres de México y el San José de Bolivia; hay un 'cuco' a temer. El último campeón de la Copa Sudamericana, River Plate, es el tercer miembro de este grupo. El equipo dirigido por Marcelo Gallardo, cuenta con un arsenal de jugadores de talla por el cual, cualquiera de los equipos peruanos finalistas debe preocuparse de. Cracks como Gabriel Mercado, Leonardo Ponzio, Fernando Cavenaghi y Leonardo Pisculichi amenazan con arrollar a todos sus rivales.