En 2010, el club César Vallejo lo fichó desde Racing Club de Uruguay y fue en esa temporada donde dio sus primeras muestras de entrega para el público peruano. Cuatro años después, es el referente de un club que en los últimos años ha mostrado una evolución institucional importante. Jorge Cazulo, el Piquí para los amigos y los hinchas de Sporting Cristal, es el comandante que dirige una defensiva celeste a muerte.

Hace seis años obtuvo su primer campeonato: con Nacional, ganó el torneo uruguayo tras vencer al Defensor Sporting. Hoy, podrá disputar su tercer título nacional y el segundo en Perú.

El Piqui era volante por fuera. Diestro, siempre corrió por la banda derecha peleando balones largos o intentando desbordar por velocidad a sus rivales y lanzando buenos centros. Como el que mandó en el gol que salvó a la Vallejo del descenso en el último partido de la temporada 2011 frente a Universitario. Al año siguiente conoció a Roberto Mosquera en Cristal como su técnico. El actual entrenador de Alianza Lima vio en él una disciplina táctica interesante y un despliegue físico importante. Así, lo reubicó como mediocentro defensivo en el 1-4-3-3 que salió campeón al final del año Además, con Daniel Ahmed, ha sido alineado como central ante las ausencias durante el campeonato, cumpliendo con creces su función. De esta forma, la figura de Jorge Cazulo se ha instaurado en la memoria de los hinchas celestes y de los espectadores que lo eligieron en 2013 como el mejor jugador extranjero del año.

A raíz de sus buenas actuaciones. Su nacionalidad se convirtió en un tema recurrente al obtener la identidad peruana. Se le voceó para la Selección, pero nunca cedió ante las especulaciones. «En Perú hay buenos jugadores que merecen la oportunidad más que yo», respondía siempre.

Cumplió 33 años en febrero, cuando iniciaba el campeonato con el Torneo del Inca, y diez meses después disputará la final del Descentralizado. Casi ha disputado mayoría de los partidos en el año: 38 en total.

En la recta final del torneo, enfrentará a Melgar con la consigna de obtener un campeonato más en el palmarés celeste. El acuerdo entre el club y el jugador es de fidelidad y por ende responderá como tal en la definición del campeonato. Frente a Melgar, correrá como lo ha hecho durante las cuatro temporadas con el equipo del Rímac, con el mismo compromiso de siempre.