Danubio remontando y sufriendo

Siempre de atrás este equipo de la curva, que sufrió para obtener el Apertura, en la última fecha cuando no dependía de si mismo, sino de que Nacional y River perdieran puntos, los bolsos cayeron de local ante Fénix y los darseneros igualaron como visitantes ante Defensor Sporting, en un partido con mucha suspicacia, donde se decía previamente que River ganaría claramente. Y ahora esto, en una semifinal que fue un trámite donde Danubio goleó, fue quizás el partido más raro de esta serie de tres, Danubio goleó 3-0 y no hubo mucha oposición. En la final de ida, disputada el pasado martes, igualaron cero a cero, en un pálido encuentro... Y este encuentro final del Gran Parque Central, fue totalmente loco.

Leandro Sosa y la ventaja parcial danubiana

Un centro notable de Ignacio González, la gran figura danubiana para que apareciera no se sabe como Leandro Sosa en el área pequeña. La contacta levemente y la pelota se va al fondo de las redes. Danubio lograba una ventaja, mínima en el marcador, pero grande en ánimo. Se sabía que era a todo nada esta final y el partido de ida habia acabado igualado sin goles. Y así concluyó la primera parte, con ese solitario gol de Sosa, quién increíblemente saldría sustituido por Cotugno para la segunda parte por aparentes problemas físicos. Pero Cotugno tendría mucho que ver en esta historia del Danubio campeón.

Las primeras dos expulsiones

Al minuto 51 fué expulsado Emiliano Velázquez, quien venía amonestado desde el minuto 8 según dijo él mismo a los micrófonos de la transmisión oficial. Luego, al 67, quedarían diez contra diez tras una acción en la cual Gastón Bueno derribara a Ignacio González cuando Danubio atacaba.

Riolfo colocó la igualdad

Danubio había perdido varias acciones de gol anteriormente, pero jugando a lo que sabe, tocando, Wanderers colocaría la igualdad de la mano de Riolfo, a falta de solo catorce minutos para el final de los 90 minutos reglamentarios. Así, diez contra diez, el partido parecía encaminarse directamente a la prórroga, o no, porque podría ganarlo alguien ya que el encuentro era de ida y vuelta total, con ambos buscando el arco contrario. Pero finalmente nadie marcó y el partido tomó el rumbo de los treinta minutos extra, divididos en dos tiempos de quince.

Antes de la prórroga, dos expulsiones más

Al minuto 87, Javier Cabrera fué expulsado por bajar a Camilo Mayada, la gran figura de este Danubio junto con Ignacio González. Luego se generó la expulsión del central danubiano Matías de Los Santos, justo cuando estaba por terminar el tiempo reglamentario. La prórroga se jugaría nueve contra nueve. Grandes espacios habría para desarrollar fútbol.

La prórroga, remontada bohemia inicial

Muchos espacios, las jugadas se sucedían, iban, venían, iban y venían en una final difícil de olvidar. Nicolás Albarracín colocó el tanto que parecía darle el campeonato al bohemio, y que hasta ahí se lo daba, justo al final del primer tiempo de la prórroga. Minuto 105, parecía increíble. Pero ahí estaba, Wanderers se ponía en ventaja.

Sufriendo, Danubio lo empata, con un desvio que presagiaba la suerte del campeón

Una jugada rara, entreverada, increíble, que dejó perplejos a propios y extraños, la pelota por los aires, Mayada que realiza una pirueta y la pelota que entra en el fondo, desviándose antes en Maximiliano Olivera, quien intentaba sacarla -cuando la pelota, si seguía su trayectoria normal se iba fuera-, y la termina metiendo. Camilo Mayada, el jugador más preponderante de este campeonato, le dio el título a un Danubio que jugó con todo en contra.

Los penales, tan locos como el partido mismo

Wanderers había fallado los tres primeros penales al hilo -OliveraPastorini y Gaston Rodríguez-, pero Danubio lo perdonó, ya que falló el tercero, cuarto y quinto -González, Formiliano y Ricca-. Eso mandó la serie a la muerte súbita, y luego de que Cotugno -anteriormente se dijo que sería importante para el desarrollo del partido- marcara, Albarracín no lograría convertir, errando un penal que el salvador de la noche, el arquero danubiano Ichazo, pararía de gran manera. 

Danubio obtuvo el cuarto título de su historia en una final que no fue para nada en blanco y negro, por más que los colores de ambos equipos digan lo contrario.