Tarde gris en la ciudad de Montevideo, que tenía que albergar varios encuentros por el campeonato local. Uno de ellos era el de Peñarol, cuyo objetivo primordial era obtener el triunfo. Al carbonero le queda solo esta competencia hasta final de temporada, sabiendo que la derrota o el empate lo alejarían más de la persecución sobre Nacional. El rival de turno era Rampla Juniors, que llegaba al encuentro tras dos victorias consecutivas.

Se preveía un partido accesible para el manya, ya que, eliminado de la Copa Sudamericana, se disponía afrontar el Apertura con todo su potencial. Y esta tarde pareció no ser la ideal, porque los primeros minutos ninguno de los equipos propuso nada interesante, con muchos pelotazos hacia las áreas y con impresiones en las jugadas, producto de la lluvia. Hasta que a los 17 minutos, apareció Antonio Pacheco con un golazo, tras parar la pelota con el pecho, rematar desde fuera del área  y colocar el 1-0.

Jonathan Rodriguez y el mismo Tony tuvieron chances para incrementar el marcador, pero no lograron eso por falta de colocación en sus remates; el verdirrojo ejerció el contraataque como principal argumento y estuvo muy cerca de igualar el partido, pero Washington Aguerre, arquero rival, estuvo firme en su puesto y concentrado en cada oportunidad de peligro (sobre el final, se iría expulsado y su lugar lo ocuparía Damián Macaluso).

En la segunda mitad, el picapiedra salió a jugar de contragolpe como en el primer período y tuvo su recompensa: el delantero Gonzalo Malán, en dos oportunidades, dio vuelta el marcador. El primer gol, a los 7 minutos, aprovechó la desconcentración de la defensa aurinegra, y el segundo tanto, 10 minutos después, por medio de un tiro libre.  Peñarol, con esa derrota parcial, directamente se despedía del campeonato, al estar quedando muy lejos de los primeros puestos. Debía ganar como sea, jugando de forma desordenada, o estar tranquilos y proponiendo su juego, ante un rival que tenía sus falencias defensivas pero que las pocas situaciones que tuvo, no las desperdició.

Instantes más tarde, llegó un centro desde la derecha por medio de Fabián Vargas y Joe Bizera, en su intento por despejar la pelota, no tuvo otro final que empujarla en su propio arco. Tras ello, se le complicó más de la cuenta al conjunto de Jorge Fosatti, ya que intentó darle más velocidad al juego con Fabián Estoyanoff y más recuperación en la mitad de la cancha con Hernán Novick.  Escaseó mucho la creatividad en el equipo, el orden y la concentración, y a raíz de todos esos factores, Carlos Nuñez capturó con su cabeza uno de los tantos centros enviados desde los diversos sectores del campo de juego y concretó el 3-2, sin lugar a la modificación del marcador, como consecuencia del poco tiempo de juego que restaba.

Peñarol perdió el partido que debía ganar para seguir al asecho de su clásico rival. Ahora, son 11 los puntos que separan a ambas instituciones y sin chances anímicas de que el conjunto de Fosatti se consagre en este campeonato. Podrá verse un mejor funcionamiento en equipo la fecha siguiente ante Nacional y ganar el encuentro, lo que desean sus hinchas, pero el semestre se terminó hace algunos días tras la eliminación de la Copa Sudamericana.