Paolo Guerrero —quien fue la figura del encuentro— declaró una vez finalizado el partido que sueña con ser campeón de Sudamérica con el elenco paulista. Los uruguayos siempre supieron que avanzar a los octavos de final sería milagroso. He ahí la diferencia entre ambos equipos.

En el primer tiempo Danubio dejó la vida en cada pelota. Al igual que frente a San Lorenzo decidió asfixiar a su oponente desde el primer minuto, corriendo y presionando en campo contrario para perturbar a su rival, que no pudo zafar del ahogo ni jugar de manera cómoda.

Un cabezazo de Castro en el inicio del cotejo encontró bien parado a Cassio. En el minuto 30 Fornaroli remató desde fuera del área y la pelota pasó cerca.

Corinthians respondió con un sombrero de Uendel al portero Torgnascioli que hubiera terminado en gol de no haber intervenido Velázquez cuando caía la valla local. Emerson tomó el rebote y sacó un disparo cruzado que fue desviado por el golero danubiano con la punta de los dedos y se perdió por la línea de fondo.

El Timão careció de sorpresa y no pesó en la primera etapa. Guerrero tuvo que luchar sin compañía contra los tres centrales uruguayos ya que sus compañeros intentaban proyectarse hacia el ataque partiendo desde la mitad del campo. El delantero peruano estuvo cerca de convertir en el minuto 38 cuando quedó mano a mano con el golero local, pero lo sujetaron de la camiseta y lo derribaron. El árbitro Bascuñan no sancionó el claro penal.

El conjunto de Leonardo Ramos controló a su rival en el primer tiempo, que fue de trámite parejo. Formiliano jugó como volante central y fue impasable para los hombres de Corinthians. Los danubianos iban a disputar el balón con excesiva vehemencia y eso debió costarles más de una tarjeta amarilla, pero el juez dejó jugar y el partido pudo írsele de las manos.

El elenco franjeado dominó en el primer cuarto de hora del complemento y pudo abrir el marcador cuando en el minuto 57 Sosa envió un centro desde la izquierda que tomó Fornaroli al borde del área, pero el potente remate se fue por encima del horizontal.

Danubio padeció la última media hora del partido.

En el minuto 61 Elías llegó antes a la pelota que González dentro del área y el zaguero lo derribó claramente. El disparo desde el punto del penal de Renato Augusto se fue por encima del horizontal.

Sin embargo, ocho minutos más tarde, Guerrero conectó con clase un centro de Fagner y decretó el primer gol del partido. El segundo tanto llegaría tras un balón detenido impulsado por Jadson y un cabezazo de Felipe que se coló en el arco de Torgnascioli.

Danubio se vio motivado por el ingreso de Barreto, pero ya era tarde. El delantero tuvo un cabezazo que pasó cerca y un disparo que desvió Cassio que pudieron convertirse en el descuento, pero el partido estaba liquidado. La jerarquía de Corinthians y de Paolo Guerrero apareció en el segundo tiempo.

Solamente quedó lugar para que sobre el cierre Barreto eludiese a tres rivales en una notable incursión individual y definiera contra el vertical izquierdo del arquero. El gol fue un premio al esfuerzo.

Danubio está matemáticamente con vida aún, pero sabe que avanzar a la siguiente ronda es casi una utopía. En la cuarta etapa el conjunto franjeado viajará a Brasil para enfrentar el 1 de abril a Corinthians, que actualmente lidera el grupo 2 con nueve unidades. Le siguen en la segunda colocación San Lorenzo y São Paulo con tres puntos —completan mañana la tercera fecha al enfrentarse en el Morumbí—, mientras que Danubio se encuentra en último lugar sin unidades.

El conjunto danubiano se fue aplaudido del Franzini. La suerte no lo acompañó aquella noche en Asunción y sus rivales de grupo de esta edición lo miran por encima del hombro, pero su gente sabe que el equipo no dará batalla por perdida.

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