Por más que los futbolistas se pongan en la cabeza determinada fecha para colgar los botines, después de amar tanto al fútbol, nunca es sencillo para ninguno de ellos. En este caso Antonio Pacheco se suma desde hoy a esa camada de exjugadores quienes decidieron dar un paso al costado.

Obviamente que no se trata de un profesional más y por eso esta determinación tiene otra importancia, otra resonancia en su propio país y porqué no en el resto del mundo.  Pacheco es el último gran ídolo de la hinchada de Peñarol, el mismo al cual el consejo directivo decidió no renovarle el contrato que venció hace apenas ocho días.

Si bien ya estaba todo determinado de ante mano hace más de un mes, en cuanto a que él no seguiría en el club, Damiani le ofreció un puesto de gestión en la institución. El Tony aún no contestó nada porque volverá a reunirse con él.

A los que sí les contestó negativamente fueron a las propuestas que recibió junto con su amigo "Chino" Recoba para jugar este año en River Plate primero y luego en Villa Teresa, el último de los clubes que se interesó por contar con él. Esto no implica que no vuelva al fútbol ni en un futuro a los aurinegros en algún cargo. Se recibió de técnico y hace algunos meses estudia para gerente deportivo.

Pacheco jugó 60 clásicos ante Nacional, no perdierndo en su amplia mayoría y, de esa forma, se transformó en el futbolista con más partidos disputados en el profesionalismo contra el eterno rival. Con Peñarol fue ocho veces campeón uruguayo, la última vez, ganándole a Defensor Sporting la final con tres goles suyos justo en el año de su regreso al club tras su paso por el conjunto del Prado. Su historia como jugador no solo perteneció a los aurinegros y a Wanderers, ya que estuvo en Inter de Milán, Espanyol, Albacete, Alavés y Gimnasia. Pero el mirasol fue su casa, su orgullo y su corazón.

Tony dejó un legado y su fútbol, diciendo adiós a los 39 años.

La hora del futbolista quedó atrás. El día tan temido llegó. Pacheco colgó los botines y no es un día más.