Los tricolores jugaron todo el partido con un hombre menos que su rival, que solamente logró marcar la diferencia en la cancha y en el marcador en el segundo tiempo. La terna arbitral del partido, encabezada por Raúl Orosco, tuvo una noche para el olvido.

Apenas comenzó el cotejo Diego Polenta vio correctamente la tarjeta roja por propinarle un violento pisotón a un delantero rival. Eso condicionó a Nacional, que debió sacar del campo a Ignacio González para darle ingreso a Sebastián Gorga, para reestructurar la línea final.

A pesar de la expulsión el equipo tricolor nunca sintió que estuviera con un hombre menos que su adversario e inclusive fue protagonista en la primera parte. De Pena y Alonso estuvieron cerca de marcar la apertura del tanteador.

Santa Fe pegó mucho y jugó poco en la etapa inicial. Cometió 20 faltas a lo largo del partido, la gran mayoría de ellas en la primera parte. El lateral izquierdo Harold Cummings debió haber recibido la segunda amonestación, tanto por reiteración de faltas como por la vehemencia con la que cortó a Leandro Barcia en el minuto 30. Orosco no sacó del partido al defensa, por lo que Pelusso, en una medida que demuestra que es un técnico inteligente, sí lo hizo, reemplazándolo tres minutos después de la infracción por el zurdo Ricardo Villarraga.

En el minuto 42 Gonzalo Porras cayó al piso tras recibir una dura falta, lo que provocó que se generara un tumulto en el centro del campo. El volante Anchico le pegó un tacazo en la cara al volante tricolor, por lo que fue expulsado acertadamente. Tras el alboroto, el árbitro decidió — sin un motivo claro aparente— mostrarle la tarjeta roja también a Iván Alonso, quien no había participado en la revuelta en mayor medida que el resto de los involucrados.

Tras el descanso el partido cambiaría. Nueve hombres tricolores —que se enfrentaban ahora a diez jugadores— ya no podrían cubrir todos los espacios del terreno de buena forma, como sí lo habían hecho los diez que disputaron el primer tiempo.

Sin embargo, Nacional no abandonó el estilo que instauró su entrenador, jugando la pelota al ras del piso y aprovechando la movilidad de sus ofensores. El equipo dirigido por Gustavo Munúa no se refugió y eso le permitió tocar la pelota, pero también lo hizo vulnerable en defensa.

Así, en el minuto 63 Sergio Otálvaro puso a correr a Wilson Morelo, quien le ganó en velocidad a Matías Malvino y eludió al golero Conde para marcar el primer gol de la noche.

Luego del tanto, el conjunto tricolor dobló la apuesta buscando el arco rival, pero desnudando aún más a su línea final. El equipo colombiano empezó a sentirse más cómodo en el campo de juego.

Leandro Barcia se perdió el empate. Munúa colocó a Mathías Abero, pero el cambio no dio los réditos esperados. A su vez, la tercera variante sería realizada recién cuando faltaban tres minutos para que se cumpliese el tiempo reglamentario.

Santa Fe avisó primero a través de un taco de Angulo que pasó rozando el vertical derecho de Conde y encontró luego el tanto mediante un tiro de Luis Seijas en el minuto 75. Una mala salida desde el fondo de Malvino provocó un contragolpe iniciado por Otálvaro, quien llegó a la línea final y mandó un centro hacia atrás para que apareciera el delantero venezolano y desde fuera del área sacara un remate que se convirtió en el segundo gol del cotejo.

Nacional, con nueve hombres en cancha, no pudo hacerle frente al equipo colombiano luego de verse en esa más amplia desventaja. Tuvo algunas opciones para descontar, pero la visita controló el partido una vez que amplió la diferencia.

Santa Fe prácticamente selló su clasificación. Nacional tuvo buenas intenciones, pero la evitable expulsión de Polenta y la muy floja actuación de la terna arbitral no le permitieron desplegar el buen fútbol que ha mostrado en el inicio de esta temporada. Queda la sensación de que en circunstancias normales otro hubiera sido el resultado.