El expediente Brasil tiene que archivarse lo antes posible,  pasar la página y pensar en la siguiente final para la selección criolla que disputa el Sudamericano Sub-20. Las expulsiones de Eduin Quero y Heber García,  junto a las de Dudamel, Rosales -preparador de arqueros- y Quintero –delegado-,  deben pasar al olvido y comenzar a preparar el siguiente partido,  el más complicado del Hexagonal Final.

La guerra en el medio sector

El antecedente ante los uruguayos debió entregarle a Dudamel comportamientos colectivos positivos para encarar el resto de la competencia pero, para La Celeste el partido contra los nuestros significó una fuerte llamada de atención sobre el método y las formas de generar oportunidades ofensivas y progresar en el campo. Abandonaron las transiciones rápidas para comenzar a entregarle el control de todo a Benavidez, Bentancur y Waller quienes manejan cuando y como el equipo debe ser profundo al espacio apoyado por los movimientos de los delanteros o pasivo con posesiones largas del balón para generar desconcierto en las defensas rivales. No crear espacios, sino crearlos poco a poco.

La primera guerra de La Vinotinto pasará por imposibilitar las conexiones entre el triangulo del mediocampo con el enganche y la dupla de delanteros. Obligarlos a jugar balones largos en sectores del campo donde predominen los criollos. La presión de los volantes de primera línea conjunto al apoyo de los externos son las principales armas para neutralizar el juego interno del rival que predominara si se le otorga los espacios para conducir la pelota y se les entrega la perspectiva para que detecten los movimientos de sus delanteros.

Desconectar a los delanteros

El conjunto dirigido por Fabián Coito ha anotado 16 goles en 7 partidos solo quedando en blanco contra La Vinotinto en el primer partido de la competencia. El despertar de la delantera celeste viene aunado a que localizaron el asistente ideal de Schiappacase en Amaral que, por ahora, es el máximo goleador de la competencia. Si el equipo de Dudamel logra neutralizar el juego interno aun tendrá que ocuparse de desconectar a los delanteros y referenciarlos cuando Bentancur y Waller comienzan a buscarlos en largo con balones al espacio.

La Celeste se acostumbró a ser un equipo directo con muy poca generación posicional dándole mayor poder de desdoble a los internos a la hora de desbordar y buscar el 2x1 por los costados que, lo que pregona hoy con mucho ataque posicional generando espacios con posesiones largas con mucha movilidad de los receptores. Una idea de juego contracultural,  mostrando una versatilidad táctica propia de un equipo campeón.

Equipo sólido que no se autodestruye cuando el partido no le favorece en cada una de las facetas del juego aunado a los desempeños de De La Cruz y Amaral quienes son determinantes en la ofensiva cuando los partidos entran en una zona enredada.

Atacar y marcar

El partido ante Brasil, pese a los errores arbitrales, mostró una Vinotinto displicente y pasiva hasta los minutos finales donde La Canarinha consiguió ponerse adelante en el marcador.  Excluyendo a Soteldo y Chacón,  el nivel de Peña, Córdova y compañía no termina siendo equivalente al desempeño colectivo general,  pese a que entendieron que no todo es anotar goles,  es hora de que comiencen a aparecer en ese ámbito donde su responsabilidad es mayor.

Contra Uruguay,  las oportunidades generadas tienen que terminan dentro del arco para que el partido no termine siendo definido por detalles minúsculos como contra Brasil. Transformar superioridad en anotaciones, es lo primordial para que la clasificación no se aleje del horizonte.

 

Posibles 11 titulares y disposición táctica: