En medio de dudad por el juego y fiestas por el 20 aniversario del equipo, el Carabobo FC volvió al césped artificial del Polideportivo Misael Delgado para enfrentar a un Atlético Venezuela, club que recién había probado las mieles del triunfo continental.

Con un buen ambiente en las gradas arrancó el compromiso, mismo que empezó con un dominio del club granate sobre el equipo nacional. La esférica pertenecía a los jugadores vestidos de vinotinto y éstos buscaban con mucha insistencia el arco del rival, pero tenían muy poco éxito en el inicio.

Conforme avanzaban los minutos el dominio granate se hacía estéril y la defensa de los capitalinos cada vez estaba mejor plantada. La fricción y el roce se imponían a las iseas por lo tanto había muy poco juego. La primera jugada de peligro llegó al minuto 24 cuando Alejandro Fuenmayor cabeceó un centro de Badillo y el balón pasó rosando el palo derecho de Briceño.

Junto con la lluvia llegaron los mejores minutos del Carabobo FC y de Tommy Tobar en la primera mitad. Cumplida la primera media hora de juego, el delantero colombiano robó una pelota en tres cuartos de cancha y con mucha soltura se quitó a dos rivales pero a la hora de definir lo hizo desviado, perdiéndose un lindo gol. Dos minutos más tardes, Tobar recibió un lindo pase de Aquiles Ocanto y sólo ante Briceño dudó en patear o pasar, por lo que terminó perdiendo una buena chance.

Tras una primera mitad del partido con mucha somnolencia, los dirigidos por Ignacio González salieron mucho mejor para el tiempo complementario, gracias a una presión más alta con la que lograron ahogar la salida limpia de los volantes centrales del Granate. Sin embargo los de la capital no supieron aprovechar sus momentos con el balón y su juego se diluía al llegar a la zona defensiva del conjunto carabobeño, por lo que terminaban por lanzar disparos lejanos que no inquietaban a Leo Morales y el partido empezaba a ser aburrido. 

Héreo Granate

Con el juego acercándose a la mitad del segundo tiempo los dirigidos por Julio Cesar Baldivieso mejoraron nuevamente en su fútbol. Al minuto 73, Fuenmayor volvió a vestirse de héroe. El defensor central robó un balón en la mitad de la cancha y avanzó, luego cedió a un compañero pero no dejó la jugada porque en ese momento se le abrió un espacio y Ocanto se la devolvió para que él definiera como un killer.

Los goles son amores y tras el gol la "Vinotinto Regional" se enamoró de su juego. El balón fue la mejor defensa con la que los hombres de "El Emperador" pudieron proteger su ventaja de un gol y cosechar su segunda victoria el torneo.

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Sobre el autor
Juan Sebastian Soto Fernandez
Comunicación social. Fútbol como línea de vida y hasta aquí me ha llevado.