Y la aventura internacional terminó para el buque petrolero. EL Zulia FC, posiblemente jugando su peor partido completo de la Copa Libertadores, fue superado por el Chapecoense 2-1 con goles de Arthur y Girotto para los brasileños y del eterno Juan Arango para los criollos,  en el estadio Arena Condá y el conjunto local consiguió un cupo a la segunda ronda de la Copa Conmebol Sudamericana.

Después de la victoria en la cancha contra Deportivo  Táchira, el Zulia llegaba a Brasil con la Control negriazul en la necesidad de puntuar para no abandonar su sueño internacional en su debut. Con la segura eliminación en el Torneo Apertura y la irregularidad del juego colectivo, la Copa Sudamericana aparecia como un trofeo increíble.

Daniel Farías se enamoró del 5-2-3 en la Copa Libertadores. Desde aquella derrota por goleada en Argentina, el entrenador criollo dijo basta y priorizó defender con mucha gente para no sufrir demasiado y se demostró,  solo recibió un gol en los siguientes dos partidos. La baja de Savarino ayudo también a meter a Gómez junto a Junior Moreno en el doble sector para controlar la pelota y el equipo no se rompiera. Un esquema petrolero para la Libertadores.

Zulia ganó en las areas.                        

En el fútbol, el juego se maneja en el medio sector del campo pero los partidos se ganan en las áreas y eso hizo el Zulia FC en la primera mitad,  donde fue un sumiso de la ofensiva y propuesta de los brasileños.

Con unos primeros compases aburridos y sin sabor, ambos equipos demostraron timidez y pocas ganas de arriesgar en búsqueda del gol. Chapecoense sería el primero en atreverse a profundizar un poco más, a proyectar más a los laterales y a combinarse en zonas donde generaron más peligrosas para el Zulia,  pero sin encontrar la profundidad necesaria para romper la línea defensiva del Zulia o vulnerar a Renny Vega, que se convirtió en un efectivo vital para que los brasileños se quedaran en blanco.

En el minuto 30,  donde parecía que Daniel Farías quería pedir un “Time Out”, apareció Sergio Unreín, con una jugada espectacular de futbol de salón,  asistió a Juan Arango que la empujó para el 0-1. Un gol que el Zulia encontró y donde solo Unreín y Arango parecían creerse que podía terminar en anotación.  Una jugada que cambió el desarrollo del partido.

Con solo 15 minutos para finalizar el primer tiempo, el conjunto local comenzó a atacar de manera frenética y de manera desordenada buscando anotar un gol para no complicarse en la segunda mitad pero, como ya habíamos mencionado, Renny Vega fue una pared impenetrable. Un primer tiempo con un resultado que no tenía nada que ver con el desarrollo del partido. Un resultado anómalo.

Chapecoense intentó hasta que lo logró

El partido se inclinó en su totalidad hacía el área del conjunto dirigido por Daniel Farías. El Zulia solo tuvo una de Yohandry Orozco  que tapó el guardameta pero después fue todo del combinado local.  Después, surgió la figura de Renny Vega que fue el principal baluarte de las dos victorias del conjunto criollo en la Copa Libertadores (ante Nacional y contra Chapecoense). Hasta la expulsión de Bello no afecto el desarrollo y Chapecoense atacaba con todo y el Zulia se defendía como podía.

El partido comenzó  y terminó así. Los atacantes brasileños contra los defensores criollos con la desesperación y la angustia como valores importantes dentro de la cancha. Con los 90 cumplidos, el Chapecoense hizo merito a su breve historia: Arthur y Girotto anotaron dos goles en el tiempo añadido y se abajó el sueño para los marabinos, que por nunca arriesgar se quedaron con las manos vacías.