Ramos, que atravesaba una campaña exitosa luego de duras lesiones como la del 2016 cuando sufrió el estiramiento de sus ligamentos cruzados anteriores en la rodilla derecha; promedia con madero para .297, con 14 cuadrangulares y 53 carreras remolcadas.

Esas estadísticas narradas precisamente en el párrafo anterior, convertían a Wilson Ramos en una pieza apetecible para canje, teniendo en cuenta el mediano desempeño colectivo de este año para los Rays y su incierta ubicación en la tabla de posiciones de la conferencia este de la Liga Americana en donde los Yankees de Nueva York y los Medias Rojas de Boston han tomado una considerable ventaja hasta de nueve juegos, lo que los deja hasta el momento fuera del comodín a postemporada.

El valenciano, que había sido electo por la fanaticada para ser incluso el receptor titular de su Liga en el All Star Game 2018 disputado en el National Park de Washington, espera estar listo antes del 31 de julio, fecha tope para los cambios entre conjuntos de Grandes Ligas.

Las respuestas médicas no son tan optimistas como las ganas de Wilson Ramos, y se tiene previsto que llegado el último día del mes en curso, el receptor siga lastimado. Por su parte, los Rays han informado a través de un boletín oficial de prensa, que el también careta venezolano Jesús Sucre, tomaría las riendas detrás del plato en la bahía.

Cabe destacar que Wilson necesitaba además ser cambiado por la organización, al ser este su último año de contrato por lo que quedará agente libre luego de haber sellado un pacto por dos años con la organización y 12 millones de dólares.

Tamba Bay tiene foja de 49 victorias y 47 derrotas, pero como toda la vida, estar en la misma conferencia con Mulos y Pati Rojos, les ha hecho mucho daño. Ambas escuadras registran más de 60 victorias, dejando a los Rays en una incómoda tercera posición; además, en las dos conferencias restantes tampoco superan al segundo puesto por el boleto extra, que yace en las manos de los Marineros de Seattle con récord de 58 ganados y 39 reveses. 

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