El tiempo pasa y pasa. Con ello, los recuerdos permanecen en la mente. En el mundo del motor, muchos son los pilotos que no abandonan la retina de los aficionados a las dos ruedas. Entre estos, uno de los nombres reconocidos por cualquier seguidor del mundial de motociclismo es el del brasileño Alex Barros. Un piloto que nunca fue campeón, pero que se hacía notar en todos los Grandes Premios. Era raro no ver al brasileño peleando con Carlos Checa, Álex Criville, Mike Doohan, Max Biaggi o Valentino Rossi, entre otros.

Su carrera mundialista comenzaba en la categoría de 80 cc, pero en tan solo dos años ya competiría en el mundial de 250 cc. El primer año en esa categoría, el brasileño tan solo participaría en la última cita mundialista con el equipo Venemotos-Yamaha, en el Gran Premio de Brasil. En casa no sería capaz de terminar la carrera pero ese mismo equipo daría la oportunidad al de Sao Paulo de competir al año siguiente durante todo el mundial a lomos de la Yamaha de 250 cc.

Fue un año con bastantes altibajos en la categoría intermedia, en el que intercambiaba varios top ten con demasiadas carreras sin puntuar. Esa temporada el brasileño acabaría en décimo octava posición, con tan solo 30 puntos.

Salto a la categoría reina

Eso no impediría que los equipos de la máxima categoría se fijaran en una de las jóvenes promesas del mundial y, de esa forma, acabaría fichando por el Cagiva en 500 cc. Un debut en la categoría bastante irregular puesto que seguía sin ser capaz de enlazar varias carreras con buenos resultados.

De hecho, el siguiente año, con el mismo equipo en la máxima categoría, tan solo competiría en cinco grandes premios, acabando el año en décimo tercera posición. Varios años sin pena ni gloria debido a su irregularidad, pero los resultados no eran del todo malos. De hecho, en 1992 llegaría su primer podio de la mano del Marlboro-Cagiva en el circuito de Assen.

Desde ahí todo cambiaría para Barros. En 1993 Suzuki se llevaría al brasileño para formar equipo con el que se proclamaría campeón del mundo ese año, Kevin Schwantz. Una dupla que llenó de alegrías el box de Suzuki con el Campeonato del Mundo del estadounidense y la primera victoria de Alex Barros, en el Gran Premio FIM disputado en el circuito del Jarama. La regularidad se asentaba en el bando del brasileño y eso le permitía acabar en una meritoria sexta posición el año.

Alex Barros en Suzuki | Foto: pinterest.com

Época dorada con Honda

Después de otro año más en el equipo Lucky Strike Suzuki, en 1995 firmaría por Honda. De la mano de algunos jefes de equipo como Fausto Gresini o Sito Pons, Barros pasaría ocho temporadas, siempre a lomos de Honda. En esa época, lograría 20 podios acompañados de cinco victorias. Varias buenas participaciones dejaban marcado para siempre el sello del piloto de Sao Paulo.

El Gauloises Yamaha Tech3 sería el siguiente equipo del brasileño, ya en el año 2003. Un podio en Le Mans sería el mejor resultado de la temporada de Barros que llegaría a final de año cosechando malas actuaciones, incluso quedándose fuera del top ten en varias ocasiones. Tan solo acabaría noveno la temporada con 101 puntos. Eso haría que Barros cambiara de idea y decidiera volver a Honda, la fábrica que le había dado prácticamente todo durante tantos años.

Dos años más en la marca nipona darían al brasileño seis podios más en su carrera deportiva, incluido el triunfo en el Gran Premio de Portugal disputado en Estoril. Una prueba que ganaría tras imponerse a Valentino Rossi por más de dos segundos mientras que su compañero de equipo, Troy Bayliss, tan solo acabaría undécimo clasificado con su Camel Honda.

Victoria de Barros en Estoril 2005 | Foto: motorsport.com

Tramo final en Ducati

Un año después, Barros pasaría a formar parte del Pramac d’Antin Ducati, por lo que haría póker compitiendo en las cuatro grandes fábricas del mundial durante su carrera deportiva. Una temporada discreta en la que acabaría décimo clasificado, pero eso sí, con un podio en Mugello. Ese año sería el último de su carrera deportiva en el Mundial de motociclismo, pero pasaría a la historia para siempre al ser uno de los pilotos con más Grandes Premios disputados. Historia viva del mundial, tanto en 500 cc como en MotoGP.