Han pasado 214 días desde que te vi por última vez y no me resigno a no tenerte, te extraño, eres alguien muy importante en mi vida, le das a mi existencia un toque muy especial y un motivo para despertar cada día, es una mezcla de felicidad y tristeza, de amor y desamor pero sobre todo de bienestar, a pesar de que tenemos una cita muy próxima (dentro de 16 días para ser más exactos), me parece una eternidad volver a reencontrarme contigo.

Y hablando de ese reencuentro, a fuerza de ser sincero debo decir que estoy nervioso, y como no estarlo si llenas mi corazón de alegría, muchas veces he encontrado consuelo en ti, me das animo cuando nadie más lo hace; recuerdo como si fuera ayer el día que nos conocimos, lo mío fue amor a primera vista, he vivido enamorado de ti por más de tres décadas y aun te amo como la primera vez.

Cuando estoy contigo me siento completo y pleno, eres mi complemento, estoy seguro que cuando te veo hay un brillo muy especial en mis ojos que delata mi sentimiento, tu nombre es hermoso, las siete letras que lo componen me recuerda que es precisamente ese el número de la suerte, el momento en el que a veces se definen muchas cosas, los antiguos decían que la séptima es la entrada de las grandes remontadas o de las grandes desgracias.

Cada día que asisto al Estadio de la Revolución a ver a mis Algodoneros Unión Laguna es una experiencia fabulosa, presenciar un partido de pelota es extraordinario, poder ver un out en home desde el jardín central, un doble robo, un squeeze play o un wlak off son cosas que no tienen comparación sin importar si dichas jugadas las ejecuto el equipo local o el visitante, los juegos de pelota enamoran  y yo soy un enamorado de Doña Blanca.

El 2017 fue magnifico ya que se mantuvo la expectación hasta el último día de la temporada, aquel 9 de Agosto UL completó la limpia contra Generales en casa, pero en el Romo Chávez la diosa fortuna no favoreció a los guindas y Rieleros apaleó a Saraperos 15-0 para dejar fuera a los de la Comarca, es por eso que me parece eterna la espera, anhelo la llegada del 27 de marzo para poder presenciar  una vez más un partido de béisbol de mi equipo en la Liga Mexicana de Béisbol, en el estadio encuentro amigos, amigos ocasionales, la fresca brisa del bosque Venustiano Carranza en las tardes de 40 grados de mi Comarca Lagunera, música, comida típica, risas, enojos y sobre todo buena pelota.

¡Nos vemos el día 27 en el Revolución!