Se revivió la rivalidad de la final de hace un par de torneos, mismo en que se coronó Chivas, ahora de nueva cuenta recibió a Tigres, como el nuevo monarca del campeonato, y la pasión se desbordó desde el previo del juego, con una tribuna bastante dividida, que al igual en la cancha la disputa fue parcial. Dando como resultado final un emocionante 0 a 0.

Comenzó el juego en la cancha del Estadio Akron, con dos equipos agresivos y sedientos del triunfo, balones divididos, disputas en cancha y tribuna, dieron el alarido perfecto de un prometedor partido. Tras los primeros cinco minutos de juego, fue Tigres quien se mostró más ofensivo, en especial por el costado derecho, comandado por Jürgen Damm.

El contro de partido lo asumió la escuadra visitante, pero de a poco Chivas le fue quitando el balón, para que pasados los 10 minutos, los rojiblancos ya mandaban con balón dominado, pero sin claridad al frente. Sin embargo, Tigres seguía mostrando más argumento ofensivos, con menos posesión, sus embates terminaban con tiro a portería.

Chivas se mostraba con ganas, pero en el último toque abundaba la imprecisión. Mientras tanto los volantes regios seguían inquietando la cabaña rojiblanca. No obstante, pasada la media hora de juego, Tigres inclinó la balanza a su favor, tomó el balón y ya no se lo prestó más al local.

La tónica del juego se mantuvo, Tigres paseaba el balón de un lado a otro y Chivas a la espera y persecución. Así hasta el final del primer tiempo. Ya en la parte complementaria, Chivas tomó por momentos el mando del partido, pues los dirigidos por el ‘Tuca’ Ferretti gustan de tener el esférico.

Sin embargo, fue Tigres quien generó la primer gran jugada, cuando al minuto 55, Enner Valencia tomó el balón fuera del área para sacar un potente disparo que se estrelló en el travesaño. Pero la profundidad por banda derecha seguía siendo un dolor de cabeza para la zaga rojiblanca.

Con el transcurrir de los minutos, Chivas se volcó al frente, con cambios que dictaron una postura más ofensiva de los tapatíos. Pero Pizarro tuvo en sus pies la oportunidad más clara hasta ese momento, tras una asistencia de lujo de Macías, pero el extuzo desaprovechó el tiro que se fue muy desviado.

Pero Tigres no bajó los brazos, con trazos largos y portentosos latigazos, ponían en predicamento el aparato defensivo de Guadalajara, orquestado por Valencia, Vargas y compañía. Paulatinamente ambas escuadras bajaron la intensidad del partido, el juego se vio cortado con faltas y diversos saques laterales, que hacían perder tiempo.

El resto del partido Chivas buscó ir por el resultado, adelantó líneas y provocó errores defensivos del conjunto amarillo, pero sin conseguir fruto alguno. Así terminó el partido, con un 0 a 0 que puedo traducirse con varios goles, pero los jugadores no fueron capaces de marcar.