Ya es octubre de 2013, se acerca el momento en que se defina la mayoría de quienes serán los gloriosos pasajeros de un vuelo con destino a Brasil, un país que ya espera con ansias ser el centro del planeta por un mes entero. La samba, la playa, el Cristo de Concorvado aguardan ansiosos por conocer a sus futuros huéspedes. Algunos ya tienen todo listo para el viaje. Otros estamos sufriendo, como casi siempre.

Durante el último año ha sido imposible pasar una semana sin hablar del mal accionar de la Selección. A muchos enoja, a otros preocupa, pero nadie es inmune al nerviosismo que hay en el ambiente. Y es que el solo pensar en no visitar el maravilloso destino amazónico, hace que a muchos se les ponga la piel de gallina, sobre todo a aquellos que manejan a la Selección, que miran como dramáticamente podrían vaciarse las arcas.

Curiosamente hay momentos en los que la historia luce como un dejavú. Como si el universo hubiera conspirado para volver a ponernos contra las cuerdas. Como si la profesión de bombero fuera una de las más solicitadas en el país cada cuatro años. Basta con echar un vistazo atrás para comprobarlo.

Es junio de 2008. ‘Chucho Ramirez’ está por debutar como DT de la Selección Mayor, aunque solo sea como interino debido paupérrimo paso de Hugo Sánchez al mando, el cual dejó a México sin boleto para la Copa Confederaciones de Sudáfrica y en un ridículo tras la tragicomedia de ‘Santi’ Fernández y Luis Ángel Landín vs Haití, que costó el pase para buscar la clasificación a los JO de Beijing 2008. El reto era sencillo, tan solo se trataba de derrotar a Belice a ida y vuelta para acceder a la tercera ronda clasificatoria rumbo a Sudáfrica 2010. El objetivo se cumplió al aplastar a los centroamericanos con un contundente 9-0 global.

Tras el trámite, era momento de comenzar una nueva era. Días previos al debut eliminatorio frente a Belice, Sven-Göran Eriksson había sido nombrado seleccionador del ‘Tri’, generando opiniones divididas. La experiencia del sueco era incuestionable, clubes como Benfica, Roma, Fiorentina, Manchester City, además de la Selección Inglesa, formaban parte de su amplio currículum; sin embargo el idioma y el nulo conocimiento sobre el medio local, causaba muchas dudas a quienes en ese entonces veían a ‘Chepo’ como una mejor opción.

La bienvenida a CONCAFAF sería en el majestuoso Estadio Azteca ante Honduras. Los diálogos previos a aquel encuentro giraron en torno a la convocatoria de un naturalizado, Leandro Augusto, quien finalmente vio acción en el encuentro. Partido nada fácil, que vaticinaba lo que estaba por venir, sin embargo México pudo sacar la victoria con doblete de Pavel Pardo a escasos diez minutos de finalizar el juego. Los siguientes dos partidos también fueron en condición de local, la cual México hizo valer ante Jamaica y Canadá, esta última con el extra de ser la despedida en Selección Nacional del ídolo del pueblo en Tuxtla, Cuauhtémoc Blanco.

Sin muchas luces, pero todo parecía estar bajo control, mas no lo estaba. Era por demás sabido que la comunicación de Sven con los jugadores era casi nula, por lo que solían confundirse sus instrucciones, causando momentos de confusión muy notorios.

Después de los tres partidos en casa, era hora de recibir la cortesía y viajar al exótico e increíblemente complicado mundo de CONCACAF, cuyos equipos tienen como característica el ser sumamente endebles al visitar o jugar en territorio neutro, mas en casa se convierten en verdaderos ‘David’s’ bucando casar ‘Golliat’s’ ingenuos y agrandados.

La primera escala era Jamaica. El reggae, humo y calor, fueron demasiada pieza para los nuestros, quienes vieron como la meta de Oswaldo Sánchez era perforada al minuto 34’ por Ricardo Fuller. Suficiente para caer por primera vez en el transcurso de la eliminatoria.

Cuatro días después el ‘Tri’ ya se encontraba en Edmonton, donde se esperaba vencer con facilidad a unos canadienses que apenas sumaban un punto en la tabla y se la jugaban con un equipo suplente, para casi asegurar el pase al Hexagonal Final. Sorpresas te da la vida, Ali Gerba adelantaba a los canadienses bombeando el balón a un mal colocado Oswaldo Sánchez, mientras que minutos después Carlos Salcido igualaba los cartones antes del descanso. El suspenso llegaría cuando en un letal contraataque Radzinski vacunó nuevamente a México. Esto hizo reaccionar a los nuestros quienes atacaban con insistencia pero nula puntería, hasta que un cabezazo del polémico convocado, el naturalizado Matías Vuoso, igualó el marcador para poner cifras finales de 2-2, al tiempo que Jamaica derrotaba a Honduras, acercándose a 3 puntos de México con un partido por jugar. A la larga, este tanto significaría mucho más que un simple gol.

Llegaba la última fecha y México estaba obligado a siquiera empatar en Honduras para así asegurar el pase al Hexagonal Final, dado que Jamaica recibía a un eliminado Canadá, y una victoria suya combinada con la caída azteca más los goles, podía darle el pase.

El panorama no podría ser peor, México caía con autogol de Ricardo Osorio mientras los jamaiquinos goleaban a Canadá, por lo que era de extrema necesidad no recibir más goles. Así fue. Tras el término de los partidos, México estaba clasificado al Hexagonal como segundo lugar de su grupo, empatado en puntos (10) con Jamaica, pero con una mejor diferencia de goles. En caso de que Matías Vuoso no hubiera marcado el empate - Canadá, México habría estado eliminado del Mundial, sin siquiera jugar el Hexagonal.

Tras los pésimos resultados como visitante y algunas malas actuaciones en amistosos, el cuello de Sven-Göran Eriksson estaba en la guillotina, listo para ser ejecutado al menor tropiezo. A sabiendas de esto, se comenzó la preparación del Hexagonal, donde por asares del destino tocaba debutar - Estados Unidos, y qué peor lugar para hacerlo que Columbus, un lugar frío y de pésima vibra para los nuestros, donde las visitas anteriores habían sido caídas por 2-0. Más tétrico no podía ser.

El día había llegado, era momento de borrar el pasado buscar la clasificación con buen fútbol, sobre todo ante los odiados vecinos del norte. Pero llegaron los fantasmas a congelar la tibia esperanza mexicana con un doblete Michael Bradley y la tonta expulsión de Rafa Márquez por una agresión a Tim Howard. El #DosACero –como actualmente lo escriben los estadounidenses en mofa- se repetía y la crisis de Don Sven cada día era más evidente, pero a pesar de ello, los dirigentes de la Femexfut decidieron darle un voto de confianza, el siguiente mes donde se enfrentaba a Costa Rica y Honduras sería el decisivo.

Como empezaba a ser costumbre, cada nueva jornada implicaba un partido importantísimo rumbo al Mundial, el margen de error era escaso y cualquier tambaleo era peligroso. Por si fuera poco, Nery Castillo era acosado por la prensa debido a su falta de juego con el Shaktar de Ucrania, a lo que el México-Uruguayo respondió con un ya célebre: “¿Sabes cuál es la diferencia? Que yo estoy en Europa y tú sigues en México, y aquí te vas a quedar”, con lo que prácticamente marcó su guerra con los medios mexicanos y lo que a futuro significaría su ausencia de la Selección.

Pero también es cierto que en ese tiempo el Azteca aún pesaba, con todo y el bajón de nivel México no tuvo problema para derrotar 2-0 a Costa Rica. La tensión se calmaba un poco, aunque la hecatombe estaba por llegar.

Primero de abril de 2009 fue la fecha que marcó el fin de la era de Sven-Göran Eriksson. Una apabullante derrota en Honduras por 3-1 a manos de nuestros viejos amigos Carlo Costly y Carlos Pavón, dejó sin opciones a los federativos, quienes al ver la peligrosidad del proceso mundialista decidieron cortar un proyecto que de inicio causó polémica. Se aprendió que no es necesario traer al mejor del mundo, sino al mejor en la zona. A alguien que conociera la problemática a la perfección. Un auténtico bombero que sacara el barco a flote y lo dirigiera a puertos sudafricanos. Y qué mejor que un viejo conocido, alguien que ya había sido héroe una vez y cuyo club madrileño había cesado su proyecto. Sí, el elegido era Javier ‘Vasco’ Aguirre, quien fue presentado días después.

Con el ánimo mejorado, y un nuevo capitán al mando, México estaba decidido a salir de la crisis que lo aquejaba. Mas una visita a un territorio altamente hostil no facilitaba las cosas. El bombero tricolor necesitaba un segundo al mando, alguien que ejerciera control desde dentro, por lo que el hombre más amado y odiado de la Selección estaba de vuelta. Tras su aparente retiro, Cuahtémoc Blanco volvía para sacar las papas del fuego.

Llegó el día. Se esperaba un ambiente hostil y lo fue. En ese entonces la influenza atacaba el país en forma de epidemia, por lo que los cubre bocas durante la entonación del Himno Mexicano no se hicieron esperar, en una clara y vergonzosa posición de desafío y falta de respeto. Los Salvadoreños buscaban mantener sus casi nulas esperanzas de asistir al mundial, más que eso, buscaban hundir de una vez por todas a su odiado rival. Y vaya que lo lograron, el estadio pesó demasiado y México volvió a caer de visita, esta vez 2-1. La cosa venía muy seria y en casa apenas y se pudo derrotar a Trinidad y Tobago para tomar un ligero respiro y trabajar más en forma.

Dos meses tendría Aguirre para dar vida a un proyecto que le fue entregado en agonía. En un partido fundamental, tanto por tradición como por momento, los Estados Unidos liderados por su eterno capitán, Landon Donovan, llegaban como favoritos en el plano futbolístico; pero la sed de revancha mexicana era más grande que el momento, si ellos aprovecharon su frío en Columbus, México pensaba aprovechar la Cd. de México a las 3pm con todo lo que ello implica, incluyendo el calor, sofocación por la altura y el smog.

La mesa estaba puesta para ver el despertar mexicano. Igual que en 2001 Aguirre buscaba usar un partido - EU para recuperar la confianza tanto de los jugadores como del entorno. Gran parte del país permanecía atento al encuentro, ya sea desde su casa, en un restaurante o en la oficina, nadie quería perderlo. En el Azteca el apoyo no cesaba, hasta que antes de los 10 minutos Charlie Davies se encargaba de convertir aquello en un funeral. Pero el trabajo mental del ‘Vasco’ ya se notaba en la cancha y la reacción no tardó en llegar, con un tiro de larga distancia Israel Castro penetró la cabaña de Tim Howard, un golazo que aún perdura en la memoria de los mexicanos. Pero la victoria era necesaria, México no podía darse el lujo de empatar en casa.

Las modificaciones habían sido hechas y cada segundo que pasaba era un alivio para los norteamericanos, a quienes la altura y el calor les estaban pasando factura. Fue en el minuto 81’ cuando Efraín Juárez –sí, antes era muy cumplidor- tomó el balón por la banda derecha, le ganó en velocidad a Landon Donovan, se internó en el área y sacó una diagonal retrasada que Miguel Sabah controlaría para de media vuelta mandar un fogonazo el fondo de las redes devolviendo la alegría a todo el estadio, que no paraba de corear el ‘Cielito Lindo’. Ese resultado ponía a México con mucha vida.

Al día siguiente la prensa destacaba la gran actitud del equipo. Javier Aguirre lo había hecho de nuevo. Había convertido a un equipo gris en un equipo con actitud, y sobre todo, idea de juego. Esto se confirmó al derrotar 0-3 a Costa Rica a domicilio y luego 4-1 en casa a El Salvador, sellando la calificación mexicana al Mundial. El último duelo fue un empate de trámite ante Trinidad Y Tobago. Por eso, Aguirre ya es conocido como el bombero por excelencia del fútbol mexicano.

Muchas son las coincidencias con el pasado proceso. En el anterior, se vieron envueltos tres técnicos, ‘Chucho’ Ramírez como interino, Sven-Göran Eriksson como el ‘hundebarcos’ y Javier Aguirre como el salvador. Este año, esos puestos han sido ocupados por Luis Fernando Tena, ‘Chepo’ De La Torre y Víctor Manuel Vucetich respectivamente.

Así mismo, coinciden las incursiones de naturalizados en circunstancias de apremio. Leandro y Vuoso representaron a México en aquella ocasión. Hoy Lucas Lobos y ‘Chaco’ Giménez buscan aportar su granito de arena para ir al Mundial.

En aquel proceso, Nery Castillo era asediado por la prensa debido a sus actitudes. Ahora es Carlos Vela quien lleva más de un año en el ojo del huracán ante su negativa a las convocatorias y la mala relación que guarda con los dirigentes de la FMF.

En 2009, Cuauhtémoc Blanco volvió a la Selección para brindar experiencia, apoyo y talento al combinado nacional. Hoy, Rafa Márquez se perfila como el hombre que de solidez, seriedad y jerarquía al equipo tras una ausencia de dos años en Selección.

Y así podemos seguir enlistando muchos parecidos entre ambos procesos. Lo que difiere un poco son las causas, lo cual dificulta el aprendizaje. Rumbo a Sudáfrica, el error fue Eriksson, quien evidenció su falta de conocimiento de CONCACAF y la Liga Mexicana, provocando una desorganización terrible y nulas ideas de cómo resolver la problemática. Rumbo a Brasil, el error de ‘Chepo’ fue la soberbia, el creer que se sabía todo, que todo estaba bien, que todo se arreglaba por sí solo. Ningún lado de la moneda es bueno, se necesita un equilibrio.

Por esta semana ya no importa el pasado, eso se tendrá que analizar con calma una vez obtenido el pase a Brasil. Lo que importa, es dar un giro al asunto, recuperar la memoria futbolística y sobre todo la confianza de los jugadores, que vuelvan a creer en una idea, en un estilo de juego. Que Vucetich, demuestre porqué es considerado como ‘El Rey Midas’, que demuestre que además de rey puede ser un buen bombero, tal como lo fue en su momento Javier Aguirre, que el dejavú se complete con la calificación mexicana al Mundial.