México

Herrera mandó al campo su habitual parado; un 5-3-2 con Muñoz en el arco, Márquez como líbero, Valenzuela y Rodríguez como marcadores, mientras que los carrileros fueron Aguilar y Layún. Medina jugó como único contención para que los volantes encargados de generar fútbol fueran Montes y Peña. La dupla ofensiva estuvo integrada por Jiménez y Peralta.

Nueva Zelanda

El equipo visitante utilizó un 5-4-1. El arco estuvo custodiado por Moss, los carrileros fueron Smith y McGlinchey, la línea de 3 la formaron Durant, Luchhead y Vicetich. Los escudos en medio campo fueron Bertos y Christie para que por fuera jugaran Barbarouses y Brockie. El único punta fue Wood.

Primer tiempo

La postura de Nueva Zelanda fue clara desde un inicio: el cuadro rival esperó a México en terreno propio con sus 11 elementos atrás. Colocó una línea de 5 seguida por un bloque de 4 para tratar de solventar los embates mexicanos.

Por su parte, México priorizó el buen trato de la pelota así como el traslado desde abajo, siempre buscó salir con pelota dominada. Tanto Peralta como Jiménez buscaron jugar como poste para darle entrada a los volantes o en su defecto a los carrileros. México utilizaba muy bien el ancho del campo, no así el largo pues hasta ese momento carecía de profundidad.

Transcurridos los primeros 15 minutos del partido, Montes intercambió posición con Peña para jugar en la banda contraria. Nueva Zelanda dividía la pelota permanentemente, con ello buscaban ganar los rebotes en medio campo gracias a su buen juego aéreo.

México seguía sin llegada por los costados, ni Layún ni Aguilar tenían profundidad, además de ello la Selección necesitaba que Peña y Montes jugaran más pegados a los atacantes, ya que por momentos su labor ofensiva se perdía con el trabajo de recuperación.

El cuadro visitante jamás arriesgó de más, ni sus volantes ni los carrileros desprendían para incorporarse al ataque, trataron de jugar lo más compacto posible para tener las líneas juntas y evitar que México los sorprendiera.

Nueva Zelanda encontraba complicaciones a la defensiva debido a las pasadas de los carrileros rivales y a las diagonales que los volantes realizaban.

Tanto Jiménez como Peralta retenían poco el balón, el traslado en la zona del ataque era muy rápida gracias a la movilidad de los puntas y los arribos de la gente que llegaba de atrás, como Aguilar o Peña.

Segundo tiempo

México buscó iniciar con la misma intensidad con la que arrancó el juego. Nueva Zelanda tuvo una ligera reacción, quiso adelantar líneas presionar la salida de los locales, los jugadores neozelandeses esperaban en 3/4 de campo y no en media cancha como lo hicieron al iniciar el cotejo.

Cuando mejor parecía verse el conjunto rival, México decidió saltar la línea y con un buen pase de Márquez, combinado con una gran llegada de Layún, los de Herrera pudieron marcar la tercera anotación con un remate de Peralta.

Tras esta anotación, México parecía no aflojar y seguía buscando el marco rival. No obstante, Nueva Zelanda jugó metros más adelante y pudo tener cierto traslado de la pelota en territorio rival, los volantes y en ocasiones los carrileros utilizaban las bandas para ofender.

México perdía poco a poco el control de la pelota; James y Barbarouses trabajan bien en la recuperación de la pelota y ellos mismos eran quienes manejaban los hilos del conjunto visitante. Herrera buscó refrescar su ataque y darle nuevos tintes, por ello la entrada de Sinha. El jugador choricero buscó darle calma al partido además de manejar los tiempos del mismo, tomó el mando del ataque tricolor y con ello también bajó el ritmo de Nueva Zelanda.

Aguilar y Layún perdieron llegada y por ende México volvió algo centralizado su ataque, a pesar de los movimientos de los mediocampistas, los costados ya no eran usados de manera apropiada.

A diferencia de Peña, el ingresado Escoboza buscó jugar más por fuera que como interior, ya que por el centro se perdió algo de la llegada que se tenía en la primera parte, por el otro costado, Sinha tuvo ligeros destellos pero no gravitó de forma importante al momento de ofender.

Partido casi redondo para los pupilos de Herrera de no haber sido por el gol rival. Se aprovechó el sistema que las Águilas dominan en la liga para mantener esa inercia positiva y hacerle frente a esta eliminatoria. México utilizó de buena forma tanto el ancho como el largo del campo para por fin hacer valer su condición de local además de ser contundentes cuando más se necesitaba.