México por equipo debía terminar primero o segundo de la Concacaf y acabó cuarto y casi quinto. Jordania terminó quinto en Asia cuando por equipo debió acabar decimocuarto. En función de cómo rindes de acuerdo a tus posibilidades creo que hubiese sido más justo ver a Jordania en el Mundial en vez de México.

Yo estoy de acuerdo con estas palabras del periodista catalán Axel Torres. En el muy particular caso jordano-mexicano, el sistema de competencia de la FIFA acabó premiando al fuerte que se desinfló y castigando al débil que halló fuerzas ahí donde no las había. En ambos casos, los repechajes entre Concacaf, Oceanía, Conmebol y Asia arrojaron desequilibrio e injusticia considerando los cierres cardíacos de los repechajes de Europa y África: los minutos dramáticos del Portugal-Suecia, del Senegal-Costa de Marfil y del Francia-Ucrania.

Desde mi punto de vista, lo mejor sería fusionar de una vez por todas a Concacaf y Conmebol. Unir futbolísticamente al único continente que permanece dividido en dos para la FIFA. Si bien la sencilla clasificación de México al mundial suena como un mal chiste para Panamá, no es menos grosera para un equipo como Venezuela que logró históricas victorias frente a la Argentina de Messi o la Colombia de Falcao sólo para quedarse con las manos vacías.

Dicha fusión debería tomar en cuenta consideraciones de justicia y equilibrio deportivo. Es decir, eliminar la crueldad característica de las clasificatorias de todos contra todos de Conmebol, y eliminar la mediocridad característica de las clasificatorias que otorgan pases a cuatro de seis selecciones de Concacaf.

Se trata de realizar una sola fase clasificatoria que otorgue ocho boletos directos (la suma entre los cupos de las dos confederaciones más las posiciones de repechaje): se dividen veinte selecciones desde el Canadá hasta la Argentina según los rankings de la FIFA en cinco grupos de cuatro equipos; califican directo los cinco primeros lugares de cada grupo. Para definir los tres pases directos que restan se hacen tres play-offs entre los segundos lugares y el mejor tercer lugar. En otras palabras, el objetivo es lograr una eliminatoria estilo UEFA. Más justa, más equilibrada.

De esta forma (y haciendo un ejercicio imaginario con la tabla vigente promedio de la FIFA), los cinco grupos de la zona americana quedarían así:

Grupo A

Grupo B

Grupo C

Grupo D

Grupo E

Brasil

Argentina

Colombia

Uruguay

Chile

México

Honduras

Costa Rica

Ecuador

Estados Unidos

Paraguay

Perú

Bolivia

Panamá

Venezuela

Trinidad

Canadá

Jamaica

El Salvador

Haití

Suponiendo que Argentina y Brasil sean las únicas cabezas de serie que seguramente terminen primeras en sus grupos, casi cualquier tipo de play-off sería posible: Honduras contra Ecuador, Colombia contra Estados Unidos, Paraguay contra Perú. Lo importante es no repetir remedos de partidos como los México-Nueva Zelanda y los Jordania-Uruguay.

Este sistema tendría muchísimos beneficios: entre menos partidos y menos viajes, la integridad física de los jugadores estaría más asegurada y se reduciría el así llamado virus FIFA. ¿Qué tal vez veríamos un duelo tan dispar como un Argentina-Jamaica? En Europa es común ver España-Azerbaiyán y Alemania-Islas Faroe.

La división del continente americano entre Concacaf y Conmebol es totalmente absurda desde lo deportivo. Es momento de cambiar a un sistema clasificatorio más justo.