Hugo Sánchez, Jared Borgetti, Rafael Márquez, Cuauhtémoc Blanco, Javier Hernández… El primero se cansó de marcar goles en el glorioso Real Madrid. El segundo es el ídolo de toda la Comarca Lagunera y actualmente máximo goleador de la Selección Mexicana. El tercero ganó todo con el Barcelona, siendo titularísimo y pieza fundamental del Barcelona de Frank Rijkaard. El cuarto es el Dios del americanismo y probablemente el máximo ídolo que ha dado el fútbol mexicano. El quinto, el ‘Chicharito’, es el último romperredes, y de paso rompe corazones que ha dado esta hermosa nación al fútbol inglés, incluso siendo nombrado hace apenas algunas semanas como el delantero más efectivo en la historia del balompié de aquel país.

Todos ellos han sido piezas importantes de México en un momento dado de su poca, pero gloriosa historia consagrada en los diversos campos del fútbol mundial, aunque la mayoría de las veces, escrita en el Estadio Azteca.  Ellos siempre han entendido que la Selección Nacional de México está por delante de todo y de todos, que un llamado para representar a tu país, se debe tomar con toda la seriedad y el respeto que merece.

Representar a tu país, siempre es un privilegio y no un favor, como algunas estrellas lo hacen pensar últimamente. No debe ser una obligación venir, pero si no aceptas ponerte la camiseta de México, al menos se deberá considerar que estás rechazando una oportunidad que roza en lo sagrado, pues le estás dando la espalda a tu nación, mandando tu patriotismo mexicano al suelo. La gente, obviamente, comenzará a dudar de si el sujeto que no quiere ponerse la verde realmente quiere ayudar a su país o quiere vivir para su propio interés.

Tal vez Carlos Vela tenga razón, tal vez la Federación Mexicana le falló, tal vez no lo arropó cuando él más necesitaba sentirse querido e importante y ahora que está en el mejor momento de su carrera puede ‘tomar venganza’ y negarse jugar para el Tricolor.

Después de sus cuatro goles ante el Celta de Vigo volvió demostrar su gran presente en Liga Española y de paso poner a pensar de nueva cuenta a Miguel Herrera y compañía ¿habrá que rogarle a Carlos Vela? ¿Mantendrá este ritmo de aquí al Mundial? Ambas respuestas son: sí.

Porque, seamos sinceros, México necesita a Vela en Brasil para que haga dupla con Oribe Peralta y el mismo Carlos necesita jugar el Mundial. Su grandísimo ego no le permitirá jamás, perderse una justa mundialista. Eso es un hecho.

Pero… ¿hasta cuándo volverá a entender Vela lo que significa vestir la camiseta de la Selección Mexicana? ¿O de plano ya se le habrá olvidado? Qué se acuerde de Perú. 

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Sobre el autor
Carlos Iván Ramirez
Periodismo en la UANL de Monterrey Nuevo León. Redactor de Vavel.com