La derrota de cuatro goles por tres ante Santos parece haber puesto punto final a la lápida de los Potros y, aunque matemáticamente no se ha perdido la categoría, Pablo Marini sabe que el descenso del Atlante está consumado.

Tras cerrar la fecha en Torreón, habiendo presenciado el derrame de lágrimas de sus pupilos al término del encuentro, un cabizbajo Marini hizo acto de presencia ante la prensa para dar fin a la noche triste de una institución que está a cinco días de cumplir 98 años de vida.

Siento una impotencia muy grande, una tristeza muy profunda. Hay veces que el deporte no hace justicia”, expresó de inicio el estratega argentino, que, con un semblante lleno de pesar y una mirada perdida, hacía énfasis en su profundo desconsuelo.

"Esto es un cúmulo de malos torneos"

Enseguida, con la voz entrecortada, Pablo mandó un mensaje a la afición azulgrana que, durante las últimas campañas, ha visto el decaimiento de sus Potros de Hierro: “La afición debe sentirse orgullosa, como nos sentimos nosotros, porque los jugadores se mataron día a día”.

El argentino quiso forzar un poco más su voz y levantar la frente al expresar lo orgulloso que estaba de sus jugadores, quienes habían hecho todo a su alcance durante la campaña, siendo, sin embargo, el pasado reciente el que les cobrase factura.

“Sin lugar a duda que esto es un cúmulo de malos torneos, pero hoy todos somos responsables; técnicos, jugadores, dirigentes”. Así, sin querer abundar más en el tema, Marini se retiró del inmueble para cerrar la jornada que anunciaría la fatal inminencia… el tercer descenso en la historia del Atlante.