Primera parte: Inicio engañoso

“Acá lo que tenemos en contra es la escasa preparación, la poca pretemporada que tuvimos”, declaró Mohamed en su primera conferencia de prensa en Coapa. El inicio con el pie izquierdo de un primer torneo tormentoso se podía leer en sus palabras.

Además, repitió un discurso ya gastado, que muchos técnicos (en su mayoría que han fracasado) han repetido, con diferentes palabras, pero la misma idea: “Uno siempre busca llegar al más grande, estoy muy bien al estar acá, el primer día para mí fue sensacional”.

Su rostro mostraba tranquilidad, felicidad, un poco de nerviosismo, pero mucha emoción. Los jugadores parecían convencencerse de dichos sentimientos. En Coapa arrancó así la etapa post-Herrera

La polémica previa al torneo comenzó para Mohamed antes del duelo debut contra Tigres. Su anunciado regreso al fútbol mexicano se esperaba con otro equipo, pero el argentino calló a aquellos que lo criticaban por no retornar a la frontera y explicó que su sueño era estar en Coapa, ganándose así a la afición… de momento.

“Soñaba con estar en este lugar, he tenido otras propuestas pero yo sabía que me iba a llegar esta posibilidad, entonces esperé para estar en este lugar y la afición me ha recibido muy bien en todos los lugares que he estado, aquí, en el entrenamiento, en los viajes, en la calle y mañana me va a recibir muy bien”.

Llegó entonces el primer juego y la falta de autocrítica comenzaba a asomarse en un equipo que tenía la obligación de ganar en su debut como local, ante un equipo que suele ser un dolor de cabeza, y de una forma convincente y espectacular.

“Hicimos un gran partido, hicimos tres goles pero pudimos hacer más. Fuimos muy superiores".

"El Resultado es justo, esto se gana con goles y solo hicimos tres, debemos trabajar la contundencia. El equipo respondió bien, de principio a fin no dejó ni una sola duda, el único sobresalto fue la que Rey sacó sobre la línea”.

Como “debut soñado” calificó Mohamed el triunfo ante Tigres, lo que no tomó en cuenta que las circunstancias en la cancha le permitieron ganar a su equipo y no porque hayan sido “muy superiores”, como él mismo describió el juego.

La rosca de reyes fue partida días después y la cara de Mohamed seguía manteniendo la sonrisa de alguien que parecía no tener ninguna preocupación.

Segunda parte: Crónica de una caída anunciada

“Tengo carro completo”, declaró Mohamed en la presentación de Aguilar y Ríos, quienes tardaron en debutar y solo uno acabó por consolidarse, mientras que el otro parece sufrir los estragos de jugar en la Ciudad de México.

Pero la alegría de varias semanas se esfumó en Tijuana, cuando América de último minuto cayó ante el ex equipo del ‘Turco’, en un duelo donde faltó idea, pero el técnico acusó a la cancha, esa misma donde en torneos anteriores, las águilas habían ganado con nueve hombres.

“Me parece que el equipo no supo adaptarse al campo de juego, igual sabíamos que el juego lo definiría algún detalle, ellos tuvieron sus opciones. El partido estuvo equilibrado hasta el final, los primeros 20 minutos nosotros sabíamos que el equipo de Xolos tiene su punto más alto, hasta el final fue equilibrado el juego”.

Victorias sobre León, Atlas y Atlante cegaron a Mohamed de lo que comenzaba a hacerse muy evidente. El equipo ya no funcionaba, ante los Potros terminaron pidiendo la hora, un equipo muy limitado que se plantó en el Azteca. Contra los Esmeraldas la victoria fue “justa”, pero contra los azulgranas el discurso cambió, ahora lo importante era cómo se manejó el juego pese a contar con uno menos.

Tercera parte: Llegó la preocupación

Un jovencito llamado Hirving Lozano se plantó en el Azteca y con mucho corazón y técnica le propinó a las águilas su segunda derrota del torneo. Entonces el discurso cambió a uno un poco más realista, pero Mohamed pidió tranquilidad.

“La única preocupación es el primer tiempo que quedamos bastante expuestos al contragolpe pero la contundencia no me preocupa, hay que estar tranquilos”.

Su rostro denotaba que el que menos estaba tranquilo era él.

Luego había que visitar a otro dolor de cabeza. Mohamed sin duda vio otro juego, pues de un duelo cerrado y sin ningún dominador claro, él vio cómo su equipo “tuvo el control del partido”. En aquella noche en el Morelos agregó varias palabras, quizás para quitar presión: “Tengo claro que cuando el equipo pierde, la culpa es del entrenador”, dijo. Lo peor estaba por venir.

Cuarta parte: El barco se comenzó a hundir

Preocupación, presión, estrés por cómo se dio el juego. Un vídeo dice más que mil palabras y Mohamed pudo haberle dejado de todo a la afición tras la dolorosa goleada ante Pumas, menos tranquilidad. Nuevamente, el ‘Turco’ vio un juego que no se dio.

Después llegó lo innecesario, ofrecerse al rival al cual acababa de ganarle, evadiendo quizá otro de sus discursos gastados.

“Siempre que vengo acá son sentimientos encontrados, espero en algunos años no ser más rival”

Nunca existió polémica por sus palabras sobre Monterrey porque había que replantear rápido para recibir a Santos. “El cierre de nosotros va a ser muy bueno”, explico días antes de enfrentar a los laguneros. Sus palabras no son muy recordadas, pero a estas alturas valdría la pena preguntarle porque no ha sido así.

“El parámetro que tenemos es que hemos sido irregulares en el torneo. Creo que podemos competir con cualquiera en la liga”.

Mohamed además agregó que lo único que les faltaba era equilibrio, para ser un equipo de temer. Si esa era la única falla de las águilas y él ya lo había detectado, se esperaba como mínimo que ante Santos su cara fuera otra… el desenlace todos lo sabemos.

Veracruz los evidenció, o al menos eso quiso dar a entender posterior al enfrentamiento con los Tiburones, otro equipo limitado que los puso en aprietos en su casa, en el Coloso de Santa Úrsula.

El equipo no está en un buen nivel y se nota cuando un rival se planta bien atrás”.

Quinta parte: Clásica ilusión

“Ganamos, gustamos y goleamos”, se puede leer en el sitio oficial del club posterior a la victoria sobre Chivas. Dicho triunfo hacía pensar que Mohamed había encontrado el problema que antes había mencionado.

“Tuvimos la capacidad de hacer los goles rápido, aprovechamos un error y una jugada nuestra en ataque y además supimos ser sólidos en el fondo, hacer eso en un clásico te da tranquilidad”, declaró en el Omnilife, con una sonrisa nuevamente en su rostro.

Dicha sonrisa despareció en la siguiente jornada cuando otro clásico se perdió. Lo que causa mucha curiosidad es que ahora Mohamed explicó que había que identificar que se había hecho mal… ¿entonces lo anterior que él mismo había dicho no era?

“Hemos dejado pasar muchas posibilidades en casa y todo por culpa nuestra, tenemos que identificar lo que hicimos mal y corregir para el próximo partido.”

La sonrisa desapareció nuevamente

“Tenemos que ganar dos de los tres que quedan para poder clasificar, no hay margen de error”, esa es la meta para un equipo que por historia siempre debe pensar en ganarlo todo, pero que Mohamed no había llegado a entender. Ahora había que ganar “para clasificar” y no por orgullo.

“Hoy dimos una muestra de que estamos vivos y tenemos que rectificarlo en casa”, fueron las últimas palabras de Mohamed, posterior al duelo contra Puebla, aquel que ganaron con un gol tempranero y que aún con ventaja numérica terminaron sufriendo.

Si esa es la muestra de que aún están vivos, no se puede ni imaginar cómo jugarán cuando no lo estén.