El nervio estuvo presente desde el primer minuto del partido. México saltó a la cancha de Recife sabiendo que la victoria o el empate le valían para estar en la siguiente fase dentro de Brasil 2014.

Enfrente había un rival de respeto como Croacia, con grandes individualidades fogueadas en los mejores clubes del mundo como Modric en el Real Madrid, Mandzukic en el Bayern Munich y Rakitic, recientemente fichado por el Barcelona.

Conforme el cronómetro avanzaba la tensión crecía, se percibía en los futbolistas, en los aficionados, e incluso nosotros a través de la televisión lo sentíamos. Una primera parte que se fue con los cartones en cero, dejando todo el suspenso para la segunda mitad.

Llegó el minuto 71 y todo México explotó en júbilo junto a Rafael Márquez. Y tenía que ser el capitán quien apareciera, ese mismo hombre que en más de una ocasión ha perdido la cabeza con la camiseta verde, pero también ese mismo futbolista que marca un antes y un después en la historia de nuestro balompié. Fue el '4' mexicano el que se levantó más alto que nadie y nos enseñó el camino.

MÁRQUEZ
El Capitán mexicano, como en sus mejores épocas (Foto: Agencias)

Las revoluciones estaban a tope y los pupilos de Miguel Herrera aprovecharon el momento para asestar un segundo golpe mortal a los croatas. Andrés Guardado se reencontró con su mejor versión y apareció presto para cerrar la pinza y hacer inútil el recorrido de Pletikosa.

Pero si había un futbolista en la cancha urgido de reencontrarse consigo mismo, con un hambre brutal de gol, con sed de venganza, era Javier Hernández. Y el 'Chicharito' tuvo su revancha al 81' apareciendo como siempre lo ha hecho, en el lugar y momento oportuno para mandar la pelota al fondo de las redes. 3-0 contundente de México.

Una pincelada de Rakitic permitió a Perisic perforar la cabaña de Guillermo Ochoa por primera vez en este Mundial, pero el daño provocado por la Selección Mexicana era irreversible.

El domingo, los aztecas tienen la oportunidad de hacer historia ante una poderosa selección de Holanda encabezada por Van Persie y Robben, que presume aún el subcampeonato mundial y un paso perfecto en su grupo.

La misión luce difícil y complicada, pero esta versión del Tricolor da para ilusionarse y pensar que, por fin, se puede alcanzar el famoso quinto partido y, porque no, un poco más.

Porque así como somos los más pesimistas en los momentos turbios, porque así como nos desgarramos las vestiduras y criticamos sin piedad en las horas oscuras, hoy se vale alabar y felicitar a este equipo, porque hoy podemos soñar con que esta Selección Mexicana tiene con qué hacer historia.