Este martes por la noche, México enfrentará a Bolivia en amistoso de Fecha FIFA. El rival en turno podrá parecer uno más del montón, pero su técnico no lo es, ni ellos lo fueron alguna vez. Hablamos del español Xabier Azkargorta, timonel que vive su segunda etapa en el país andino, lugar donde se convirtió en héroe hace poco más de 20 años y donde hoy busca resurgir de las cenizas un balompié que alguna vez se ganó el respeto del continente.

El inició del Bigotón

Su carrera como futbolista fue muy breve, apenas 5 años como profesional en el Athletic de Bilbao, club al que debió dejar debido a una grave lesión de rodilla, que a la postre significaría un prematuro fin de su etapa como jugador. Tras el duro golpe, Xabier viajó a Oviedo, donde realizó estudios para convertirse en entrenador, siendo el Aurrera Ondarroa su primer banco.

Después llegaría al Gimnàstic de Tarragona, club en donde cumpliría con buenas actuaciones, situación que le serviría de trampolín para llegar a la división de honor del fútbol ibérico en la temporada 83/84, siendo el Espanyol de Barcelona el club que le daría la gran oportunidad de hacer historia, pues se convertiría en el técnico más joven en dirigir en La Liga. Se mantuvo dos temporadas con los catalanes, en las cuales derrotó al Barcelona y mantuvo al equipo dentro de la primera mitad de la tabla; durante los siguientes años tuvo un buen paso en equipos como Valladolid, Sevilla y Tenerife.

Sueño boliviano

Tras ese tiempo en su país, Azkargorta decidió emprender el vuelo y navegar en horizontes nuevos. Su destino estaría del otro lado del charco, en lo más alto, donde muchos se sofocan, pues quienes viven ahí desarrollan pulmones de triple caja. Tan especial lugar es Bolivia, que hace siglos fue hogar de una de las culturas más emblemáticas y sorprendentes del orbe, Los Incas; siglos después, volverían a sorprender al mundo, pero en un escenario muy distinto.

Arribó a La Paz en 1993 topándose con la generación dorada de futbolistas bolivianos

En 1993, Xabier Azkargorta era elegido como nuevo técnico de la Selección de Bolivia, con miras a realizar un buen papel en las eliminatorias sudamericanas rumbo a la Copa del Mundo de Estados Unidos 94’. En aquel entonces, habían pasado 43 años desde la última vez que La Verde pudo asistir a una justa Mundial; previamente lo había hecho en 1930, pero en ambas ocasiones llegaron al magno evento como invitados. A esos antecedentes, se sumaba la dificultad del grupo donde los bolivianos fueron ubicados: el sector B, donde compartían lugar con Brasil, Uruguay, Ecuador y Venezuela. El panorama lucía muy complejo para el español.

Pero a su llegada, lo único que encontró fue a la mejor generación de futbolistas bolivianos de la historia. Encabezados por Carlos Trucco, Marco El Diablo Etcheverry, Julio Baldivieso y Erwin Platini Sánchez, era cuestión de encausar todo a un mismo objetivo para poder escribir una nueva historia. Tal guión comenzaría en los más de 3,000 metros de altura de La Paz, que comenzarían a jugar un rol muy importante para los verdes; Venezuela, entonces el equipo más débil de la zona, se comió siete goles de los locales. Pero lo mejor estaba por venir, cuando siete días después, un 25 de julio del 93’ para ser exactos, Brasil subía al pico del mundo para derrochar su talento y clase; hasta ese momento, los cariocas no habían perdido ni un solo encuentro por eliminatorias en la historia… pero todo cambiaría. Al talento natural de las figuras bolivianas, Azcargorta agregó ese plus que se necesita para brillar: actitud. Álvaro Peña y Marco Etcheverry, se encargaron de encajar dos tantos en la meta brasileña, dos tantos históricos que rendían el invicto verdeamarela en Sudamérica, en lo que a la fecha es uno de los momentos top en la historia deportiva del país sudamericano.

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