Los números no mienten. A pesar de que Pumas de la UNAM no pasó a una instancia mayor, el estilo de juego y el incremento de puntos tuvo una gran mejoría cuando José Luis Trejo dejó la institución y Guillermo Vázquez lo tomó justo en la jornada 6, con solo tres puntos y una situación complicada para pensar en una calificación a la liguilla.

Trejo y un déficit futbolístico

Hay que admitir que la llegada de José Luis Trejo al banquillo auriazul se dio por una serie de decisiones equivocadas por parte de la directiva anterior. Después del paso de Victor Mahbub y la llegada de Jorge Borja Navarrete a la presidencia, tres técnicos tomaron al equipo en un lapso de un año (Joaquín del Olmo, Mario Carrillo y Antonio Torres Servin), la llegada de Mario Trejo refresco un poco la cara de la institución, lo que hizo que se confiara en la asignación de Trejo en un Apertura 2013 donde no se tenían triunfos en ninguna plaza.

Trejo, a pesar de no tener mucho tiempo, solo pudo llevar a una victoria como visitante a los del Pedregal contra Monterrey a finales del 2013. Su mejor trabajo fue en el Clausura 2014, con ocho partidos ganados, cinco empatados y siete perdidos. Clasificó a la liguilla como tercero general pero fue superado en primeras instancias por los Tuzos del Pachuca, quienes lo humillaron en el partido de vuelta 2-4 con una gran actuación de Enner Valencia.

Su parco sistema táctico donde apreciaba más la posesión del balón y la actitud defensiva que tomaba en todos los partidos no fue del agrado de los aficionados desde un principio. Además, su arrogancia en la forma de contestar a la prensa y su insistencia en no abordar situaciones de crisis, condujeron a que el timonel estuviera en la cuerda floja desde el inicio.

Caída y renacer

Sin el apoyo de la grada y de algunos miembros del Patronato, Trejo empezó la campaña del Apertura 2014 de la Liga Bancomer MX prácticamente con un pie fuera. Lo único que podía salvar al “káiser” era su trabajo, pero este mismo también estaba en duda. Contando que el primer partido lo ganó de visitante ante los Gallos del Queretaro, las dudas fueron incrementando cuando perdió como local ante Chivas, Toluca y Atlas. La salida anticipada de Mario Trejo dejo a José Luis con las horas contadas si perdía ante el León.

Y sucedió. La visita al Nou Camp fue un desastre para el Club Universidad quien se quedaba sin cabeza y con muchas dudas fuera y dentro del campo de juego. Fue así como las decisiones drásticas se empezaron a tomar. Antonio Sancho y Guillermo Vázquez volvían a esa cantera que los vio nacer como futbolistas y que ahora necesitaban de toda su ayuda para salir del hoyo en que estaban metidos.

Vázquez regresaba después de muchos rumores sobre su salida y un trabajo aceptable en la Máquina del Cruz Azul, donde reiteraba su buen manejo de los equipos al llegar a instancias mayores. No era un cartucho quemado y era el último técnico que hizo campeón a la institución. La fórmula estaba hecha para, por lo menos, sembrar nuevas bases en los encuentros que se avecinaban.

Un cambio total

Los movimientos más radicales que hizo Vázquez fue en la táctica y en el uso de jugadores que no estaban apareciendo con Trejo. El primero utilizaba solo un atacante y retención del balón. El segundo refresco el ataque con gente como Sosa y Herrera y le dio nueva función a Dante López, quien volvió a tener un rendimiento espectacular. El resultado fue de seis partidos ganados, seis empatados y dos perdidos, pasando como octavo general a la Liguilla.

Fue el cuarto equipo en cuanto a rendimiento de goles y noveno en defensa, así como el mejor visitante del torneo. En cuanto a números y estadísticas, Vázquez puede estar tranquilo que los respaldan de todas las formas posibles, así que, es ahora trabajo de su directiva darles las herramientas necesarias para que, el siguiente campeonato, los Pumas vuelvan a los primeros puestos y seguramente pelear por el título.