El  2014 será un año que no se olvidará fácilmente, en realidad estará presente por mucho tiempo, más allá de lo que se hizo o dejó de hacer, quiero que hagamos un breve recuento de lo que vivimos juntos a lo largo de estos 12 meses. Yo el Club América tengo infinidad de motivos para brindar pero las uvas son solo 12, si, el mismo número de copas obtenidas en la era profesional del balompié azteca, ese que de una forma u otra siempre termina centrado en nosotros “El América”.

Iniciamos el año con el píe derecho ganando curiosamente al equipo con el que a la postre cerraríamos el 2014, curiosamente por un 3-0 en ambos encuentros. El camino siguió y en este nos cruzamos con “el de rayas”, tocaba jugara allá en su casa y para ser sinceros nadie esperaba lo que se venía pues el 4-0 rompía cualquier esquema o pronóstico para el clásico nacional, pero una vez más estuviste ahí conmigo para aplastar y humillar al odiado que siempre intenta faltarnos al respeto pero la hegemonía se ha mantenido, tanto que ni siquiera han podido festejar un solo gol en los últimos 4 partidos ¡Díganme si no es paternidad!.

En el otro clásico jugado en el “Coloso” ante Cruz Azul la historia no se escribió de acuerdo a la lógica que implicaba jugar en casa con estadio lleno y el golpe psicológico que implica para este particular rival jugar ante la camiseta azulcrema, tal vez fue ese el error, jugar con una camiseta que nada tiene que ver con nuestra historia, pero bueno. Perdimos el partido pero no fue una derrota común pues por momentos tuvimos un Dejavu en donde los azules terminaron nerviosos pidiendo la hora e incluso Moisés Muñoz fue a rematar al área y ¡Casi! Casi la mete, una vez más América era más América, cimbrando miedo reviviendo fantasmas que el mismo americanismo creó y que son imborrables para el resto de los equipos que conforman la liga mexicana.

El torneo siguió su curso, con altibajos encaramos la liguilla y bueno, ya sabemos cómo terminó esto. Sin embargo quiero mencionar lo mucho que me alentaste durante ese semestre, pue no es sencillo reponerse de lo que se vivió con anterioridad en la final disputada con León, es decir, que un extraño de la vuelta en tu casa es como que otro venga ,conquiste a tu mujer y se la lleve enfrente de tus narices. Es por eso que valoro lo mucho que te volcaste a la cancha cada vez que hicimos de local y las veces que emprendiste la travesía en caravana para verme de visitante, al final no se puede decir amigo al que no estuvo durante la tormenta y tu hiciste gala a ese cantico que desciende de las tribunas cada vez que inicia el camino hacia el título, ese que dice “Ame mi buen amigo, esta campaña volveremos a estar contigo”, ¡A mi nadie me viene con historias, yo tengo a la más ferviente hinchada de México! .

Para el Apertura 2014 las cosas ya pintaban diferente, veníamos con el orgullo herido y es que en dos torneos consecutivos no pudimos levantar la copa, tal vez para algunos suene exagerado pero para mi Club América debo decir que todas las copas son mías aunque en algunas ocasiones otro pase a recogerlas, cada torneo que se disputa el americanismo exige y pide con una sed interminable una vuelta más que implique atiborrar de copas la vitrina de Coapa ¡Somos América señores! .

El paso perfecto de las primeras 5 fechas parecía marcar el comienzo de una nueva época, sin embargo algo pasó que el accionar nuestro fue decayendo a veces dando destellos de poder volver a sumar puntos a puños llenos igual que en el inicio, en este proceso hubo muchos que se bajaron del barco y dieron por perdido el torneo, esos que le fallaron a la mística y se olvidaron de lo que es América, se olvidaron que el Águila es capaz de escribir historias épicas en cuestión de segundos, si, segundos que quedarán impregnados en el alma de quien de verdad ama mi camiseta, esa que lleva el sentimiento de millones y tiene los colores amarillo y azul, mi camiseta tu camiseta la de América.

Con incertidumbre y confianza tambaleante encaramos la liguilla llegando súper líderes, porque de ese título no nos pudo bajar nadie, quizá era un indicio de lo que se venía de igual manera es la posición natural del club ¡América siempre en la cima! ,  el rival en turno es un viejo conocido que también resultar ser un buen  indicio y aunque quieran pintar un marco hostil la historia dicta que cada vez que los vencemos en liguilla salimos campeones (02, 13,14). El partido de ida no fue más que carne de carnada para los detractores que saciaban su hambre de mediocridad y querían vernos caer, sin embargo para el segundo episodio abarrotaste las tribunas del “Coloso” y no hubo poder humano que nos frenara y tras la ejecución de un córner Paolo Goltz llegó al área para con un frentazo romper la garganta de millones de almas que a lo largo y ancho del país y más allá sabían que algo grande estaba por venir, porque ese partido lo ganó el Estadio Azteca y con ello nuestro americanismo se mostraba incandescente ante lo que era una situación adversa,  pero ¿Acaso no es así nuestra historia? Esa que oscila de la agonía al éxtasis, la historia del Club América.

Para la semifinal fue diferente, la confianza fue plena y volvimos de Monterrey con 3 goles en la bolsa, una vez más rompíamos la ilusión de muchos al terminar con el anhelo de presenciar una final “regia”. Se olvidaban que estaba yo de por medio el Club América, especialista en derribar las ilusiones de pueblo pues desde mis entrañas soy “El malo de la película”, así llegamos al partido de vuelta que encaramos sin preámbulos y una vez más accedimos a la final. El rival era lo de menos, yo estaba seguro de ganarla pues tenía cosas que nadie nunca podrá tener; Un estadio que cobra vida, la afición que deja la vida por los colores, la mística que renace cada vez que se requiere de esta.

En medio de una situación extra futbol que no sirvió más que para vender un poco de papel llegamos al primer capítulo de un final diseñado para nosotros, es verdad que el partido de ida fue duro y por momentos pareció sepulcral pero seguía aferrándome a mis armas secretas, una de ellas tú,  el terco que nunca dejará de alentarme y que con una fe ciega logró conseguir la entrada para el domingo y colmó las tribunas del Coloso desde una hora antes de iniciado el cotejo.Es verdad que nuestra hinchada no puede proclamarse invasora, pues es un mote que queda corto si tomamos en cuenta que desde siempre que América hizo de local o visitante los estadios se tiñeron con los colores azulcremas, es por eso que la mi afición la hinchada del América reina en todo México y más allá, por eso y más ser invasor resulta ser insuficiente al momento de enfrentarse con la multitud que me sigue a mí, al Club América.

Que se puede decir de lo vivido el 14 de diciembre del 2014, todo lo que pueda decir se resume a la imagen que dejaron plasmada ustedes. El estadio encendido entonando el “Vamos América” llevando al límite la capacidad de sus cuerdas vocales dándole vida al “Coloso” que lentamente se carcomía al rival, ustedes alentaron como nunca, ustedes metieron el primer gol, ustedes dieron catedra de lo que es la unión entre el equipo y su gente. El Estadio Azteca y mi afición hicieron gala de una mística que está impregnada en las camisetas, en las gradas y en los colores de nuestro escudo, alimentaron al “Coloso” y así fieles a lo que dicta nuestra historia saltaron sobre el dolor para nacer nuevamente levantándonos con la copa 16 en nuestra historia por que ante el máximo organismo de fútbol es así. No me queda más que brindar por todo lo conseguido a lo largo de este 2014, por lo que viene y por lo que juntos hemos logrado en esta historia de pasión inquebrantable que no tiene fin;
 

1.- Brindo por  la mística de la camiseta azulcrema.
2.- Brindo por el que deja todo por los colores.
3.- Brindo por la cantera que siempre saca la casta
4.- Brindo por ser un club caracterizado por integrar extranjeros e irónicamente es el que más jugadores aportó a la selección mexicana en mundiales.
5.-Brindo por ser el equipo con más asistencia en México.
6.- Brindo por el espíritu de los grandes que han vestido esta camiseta y que siempre cobra vida para impulsarnos a ir al frente.
7.- Brindo por 78 victorias sobre “el de rayas” mientras que ellos solo lo hicieron en 71.
8.- Brindo por los goles de último minuto.
9.-Brindo por tener un estadio que cobra vida.
10.- Brindo por Carlos Reinoso que prefirió quedarse en América cuando el Real Madrid lo vino a buscar.
11.- Brindo por 98 años de gloria.
12.- Brindo por la copa número 12 en la era profesional y por ser el más ganador del fútbol mexicano.