El Puebla FC se jugará la permanencia durante el torneo Clausura 2015, con una particularidad que pone ansiosos a los aficionados: la salida de su casa habitual, el Estadio Cuauhtémoc. Aunque la medida suena drástica, tomando en cuenta las circunstancias, la situación es irremediable al ser imposible la utilización del inmueble, debido a las remodelaciones iniciadas, mismas que se prolongarán por varios meses más.

Más allá del incierto porvenir, este suceso hace rememorar un caso muy particular por el que pasaron los Camoteros, dos décadas atrás. Luego de la importante Temporada 1991-1992, en donde el equipo salió subcampeón, tras caer en la final ante León, un problema que involucraba al dueño de La FranjaEmilio Maurer–, a la Federación Mexicana de Fútbol y a Televisa, obligó a cerrar las puertas del Cuauhtémoc, orillando al equipo a salir de gira por todo el país, a falta de un inmueble pertinente en la ciudad que evitara dicha medida.

Para la Temporada 1992-1993, Puebla pudo debutar en su habitual casa, ante Atlas; pero, a partir de la Jornada 3, el club tuvo que encontrar nuevos lares, a tal grado de postrarse como un equipo auténticamente nómada y presumir el no necesariamente honroso hecho de ser local en más canchas que nadie en México.

“Siga al Puebla y conozca México”

Morelia fue el primer ‘huésped’, enfrentando a La Franja en el Nou Camp de León; posteriormente, Atlante haría su viaje más largo de la historia para jugar contra los Camoteros, cuando lo fue a visitar al Héroe de Nacozari… ¡de Sonora! Después, Cruz Azul, irónicamente, visitó su antigua casa para enfrentar al ‘anfitrión’, en el 10 de Diciembre de la Cooperativa Cruz Azul, en Hidalgo y, por último, la UANL acudió al Pirata Fuente de Veracruz, para darle cerrojazo a la famosa gira que dio pie a la frase “Siga al Puebla y conozca México”.

Del 30 de agosto al 10 de octubre de 1992, Puebla fue local en muchas latitudes de México. Y, aunque la situación podría parar ahí, la realidad es que el suceso afectó incluso en el plano internacional ya que, para la Copa Interamericana de ese año –la cual enfrentaba al campeón de Concacaf y al campeón de la Copa Libertadores–, La Franja fue humillada en el Estadio Olímpico de Tabasco –por 1-4, ante Colo-Colo–, dejando el amargo sabor de la incertidumbre con respecto a lo que hubiese pasado de haberse jugado en el Coloso de Maravillas.

El Puebla sale de su casa por un tiempo prolongado después de 23 años. Si bien la situación no es la ideal, se puede agradecer el hecho de que, a diferencia de aquella curiosa anécdota, la ciudad seguirá albergando los partidos del club. A fin de cuentas, no es lo mismo ir de Maravillas a CU de la BUAP, que de Puebla a Sonora.