El gran refrán “para que la cuña apriete debe de ser del mismo palo” puede cumplirse de forma importante, aunque después puede que no funcionen de forma adecuada. En Pumas de la UNAM no hay una constante en esas palabras. Mientras unos pueden triunfar de forma monumental, otros fracasaron estrepitosamente.

El primer gran caso de ese futbolista que saltó de las canchas para hacer de Pumas un equipo grande es la de Bora Milutinovic. Llegó a México para reforzar a la institución auriazul y logró el título en la Copa México y el Campeón de Campeones antes de retirarse en la temporada 75-76. Al terminar el contrato de Jorge Marik, el serbio tomó las riendas y puso muy en alto su nombre al llevar al equipo a tres finales con dos subcampeonatos y un título de liga en la 80-81. Bora llegaría a ser entrenador de la selección mexicana después de estar con los del Pedregal.

Pero después, los casos de éxito se cuentan con las manos. Miguel Mejía Barón consiguió lo mismo que Milutinovic y pasaron 13 años para que Hugo Sanchez mejorara el record con el bicampeonato. Ricardo Ferretti emuló con el título del Clausura 2009 y Guillermo Vázquez en el Clausura 2011. Cuatro directores técnicos que triunfaron desde los dos bandos.

Pero también están aquellas historias de fracaso. Mario Velarde y Héctor Sanabria, gente muy importante en sus días de jugadores, sólo pudieron hacer labor de formación en el equipo cuando tuvieron un papel importante. Luis Flores solo calificó a una liguilla y Enrique López Zarza pasó sin pena ni gloria. Rafael Amador, Pablo Luna, Miguel España, Alfonso Portugal Antonio Torres Servin fueron simplemente parte del anecdotario en el seno universitario.

También a aquellos jugadores que se les dio oportunidad para ser dirigentes en la institución han tenido resultados diferentes. Recordar que en sus primeros 30 años, la gente de pantalón largo era parte de la administración de la Universidad. Uno de los casos más representativos que se puede recordar es el de Aaron Padilla como vicepresidente deportivo, jugador emblemático en los primeros años de la UNAM como equipo y que llevó las riendas al gran bicampeonato de la era del “Pentapichichi”.

Aunque no todos tuvieron la misma suerte que Padilla. Mario Trejo podría incluirse en la lista al obtener los títulos del Clausura 2009 y Clausura 2011. Pero Luis Regueiro y Alberto García Aspe se perdieron en aquel puesto que parecía ser al dedillo para ellos. Incluso el ex-mediocampista ha sido de los directivos más criticados en los últimos tiempos.

La última lista podría ser la de los jugadores que han conformado los cuerpos técnicos. Guillermo Vázquez Padre siempre fue una de las manos forjadoras en la institución y siempre logró sacar parte importante de la cantera. Pero una lista enorme de ex-jugadores que han estado como entrenadores de fuerzas básicas y no han podido dar el salto para algo más tendría que ser interminable.

Hoy, de nueva cuenta, dos casos pueden evidenciar esta bipolaridad de casos. Antonio Sancho se desempeña como vicepresidente deportivo y ha logrado obtener la confianza y estabilidad que el ingeniero Jorge Borja necesitaba. Mientras tanto, ha trascendido en medios que Sergio Bernal ha dejado la institución por la puerta de atrás. Puede ser que muchos tengan la gloria con la pelota en los pies pero no con una pluma en la mano.