Ya lo decía Manuel Negrete en La Cantera del Puma. Parece que fue ayer cuando Pumas consiguió el último triunfo en Guadalajara. Sin embargo, fue un 7 de febrero de 1982 cuando con un golazo de ‘chilena’ por parte del propio Manolo, los auriazules se llevaron los tres puntos del Estadio Jalisco.

Desde entonces, Chivas no le ha permitido a Pumas llevarse más de un punto de sus aposentos. Los rojiblancos ya hasta cambiaron de casa y el equipo representativo de la máxima casa de estudios sigue sin conocer las mieles del triunfo en la tierra del tequila.

Ya en temporadas anteriores se ha hablado que es el momento para que los felinos obtengan las tres unidades del campo jalisciense. En el Clausura 2004, Pumas estuvo cerca de vencer a Chivas, pero en los últimos minutos, Manuel Glower señaló un penal existente para que los carteles finalizaran empatados.

La más reciente oportunidad en la cual Universidad se acercó a sacar la victoria, fue en las Semifinales del Clausura 2011. Ya en el Estadio Omnilfe, Alejandro Palacios tuvo un error al atajar un disparo de larga distancia y nuevamente los unamitas se quedaron a minutos de romper la racha.

Para el Clausura 2015, ‘El Rebaño’ está en la peor racha de su historia, pues pelea el descenso. Por su parte, Pumas fue el mejor visitante del torneo pasado y espera seguir con esa inercia.

En el campamento universitario todo parece tranquilo, los casi 33 años sin ganar en Guadalajara parecen no importar, pero de perder, sería un golpe anímico importante para los dirigidos por Guillermo Vázquez.

En Verde Valle las cosas no son tan distintas, de ganar, la motivación para jugar las restantes 15 Finales, como ellos mismos lo han dicho, sería inmejorable.

Aunque probablemente veamos un empate como en cuatro de las cinco veces que estos equipos se han enfrentado en el Estadio Omnilife, Chivas y Pumas saldrán a dejarse el alma y convencer a sus aficionados que este año puede ser diferente.

Hoy, muy seguro, puedo decir que es el momento para que Universidad saque los tres puntos de Guadalajara. Si no es ahora, vayamos preparando una placa con la paternidad más grande de la historia.