El inicio del Clausura 2015 pareciera ser un hoyo negro para los Esmeraldas de León, en muchos aspectos. Primero, se pierden dos partidos, uno de visita y otro en su casa; el equipo muestra una gran bipolaridad futbolística, se cambia rotundamente de estilo y proposición de juego por algo tedioso y sin idea, algo que realmente no gusta.

Por si fuera poco, la defensa recibe críticas cien por ciento válidas, pues es la zona más débil que tienen y en la cual parece no encontrarse ninguna situación para mejorarla. Precisamente ahí, León ha sufrido una gran baja, la baja de un hombre que si bien no era espectacular jugando, sí mostraba gran compromiso con la institución.

Hablamos de Jonathan Bottinelli, defensor argentino que el pasado sábado en el duelo ante Tigres tuvo que abandonar el terreno de juego al minuto 62' y que, tras las pruebas médicas que se le practicaron este lunes, se perderá de uno a cuatro meses, además de la imperativa operación a la que tendrá que someterse.

La lesión del argentino se dio luego de un choque con Jorge Torres Nilo en primer palmo de terrreno, que aparentemente no parecía ser de gravedad, pero que luego de efectuarse el cambio por Fernando Navarro y ver correr lágrimas por su rostro, las opiniones cambiaron.

(Foto: Imago7)

A final de cuentas, el zaguero pampero tiene amplias posibilidades de perderse lo que resta del torneo por la gravedad de su lesión, lo cual llega como un balde de agua fría para Juan Antonio Pizzi, quien con todo y todo no ha podido llevar a la victoria a su equipo. También se encuentra a la espera de la llegada del pase internacional de Ignacio Canuto, refuerzo que él pidió.

El plantel felino deberá estar tranquilo y, sobre todo, no caer en la desesperación por lesiones (Caicedo y Bottinelli) o por no encontrar los resultados que quieren, se debe tener paciencia, más cuando un director técnico nuevo acaba de llegar y que no conoce el fútbol mexicano.