Otro duelo entre auriazules y azulcremas está a la vuelta de la esquina, listo para ser uno más de esos episodios históricos entre este par de rivales odiados que ahora vienen con la encomienda de ganar sí o sí para salir adelante en el torneo. Por eso te presentamos previo a este duelo de espectáculo garantizado, tres de los más grandes episodios entre los duelos de América y Pumas.

El primer título del ave.

Tuvieron que pasar doce certámenes en la era de los torneos cortos para que se viera un duelo de liguilla entre dos de las aficiones más files de corazón, Pumas y América se enfrentaron por primera vez en las semifinales del Verano 2002.

El 14 de mayo del 2002 los universitarios visitaron el Estadio Azteca para hacer un buen juego ante los de Coapa que a pesar de no aprovechar del todo la localía, lograron dejar el marcador en blanco para definir todo en la vuelta a C.U.

Ya en las instalaciones universitarias, las cosas se volverían de inmediato en contra de los locales pues apenas al 6’ de tiempo corrido Miguel España le haría el harakiri a la nación puma y marcaría el 1-0 en contra con un desafortunado autogol.

Pero a menos de dos minutos de terminar el primer rollo del encuentro, Víctor Müller cabeceó un pase certero de Gerardo Galindo con el cual puso las cosas de nuevo a favor de los locales, con esto los de la casaca felina podían acceder a la siguiente fase y esperar a Santos o Necaxa.

Pero la historia del futbol no quiso que Pumas avanzara, con 63’ de tiempo corrido Manuel Ríos le dio un certero pase a Christian Patiño que hizo vibrar a todo el americanismo y que terminaría siendo definitorio para la eliminatoria.

Necaxa, que al día siguiente jugaría la vuelta con global a su favor 1-0, sería a quien esperaría América en la final luego de que venciera a Pumas en su propia casa y así hiciera de estas eliminatorias algo histórico al ser la antesala de su primer campeonato de torneos cortos.

La mayor goleada en C.U.

En total, felinos y águilas se han enfrentado 43 veces en la era de los torneos cortos, para fortuna del público, en 11 de esas veces el marcador ha superado los tres goles, brindando un gran espectáculo para el respetable de las tribunas.

Pero el Apertura 2013 siempre será un trago amargo para los auriazules, pues para la jornada 8, luego de ser eliminados en cuartos un torneo antes, los pupilos de Torres Servín esperaban cobrarle la revancha a los discípulos del ‘Piojo’ con el Olímpico como buhardilla, pero estaban muy equivocados.

Apenas al 26’ Luis Gabriel Rey invirtió los papeles en las posiciones y le puso un gran pase a Layún que colaría el primer tanto del encuentro, apenas cuatro minutos después Osvaldo Martínez cobró desde la esquina para que Valenzuela pusiera el 2-0, y de nueva cuenta a los cuatro minutos, Rey le filtró el esférico al ‘Quick’ Mendoza para que este desparramara a dos defensas aurios y pusiera el 3-0.

Con un ataque por demás impresionante en menos de diez minutos la aplanadora de Herrera ya tenía a los Pumas sobre la lona pronosticando una goleada de escándalo en contra de los universitarios, pero América no se lanzó a demoler las emblemáticas torres de su rival y replegó.

Pumas, ya sin nada que perder, se tiró al frente para buscar la gesta heroica dejando su meta libre ante el poderío azulcrema, pero fue hasta el 65’ que se combinarían ‘Osvaldito’ y el ‘Canguro’ para darle el 4-0 al americanismo.

Ya sin ninguna esperanza, la ‘Rata’ Bravo haría de tripas corazón y correría ante la meta de Muñoz para darle el descuento a los suyo y desmanchar un poco la honra de llevarse la peor goleada en casa frente al odiado rival.

El último pecado del ‘Turco’.

Aunque Mohamed será recordado por la historia por convertir al América en el mayor ganador de la Liga MX, algo que nunca le perdonará el americanismo será su mala racha en los clásico, sobre todo contra Pumas, en uno de los juegos que más siente la afición de ambos lados.

Apenas en el pasado Apertura 2014, el ‘Turco’ comandaba lo que metaforizaban como un bólido de lujo, invicto y demoledor, para la fecha 7 recibían en su propia casa a un muy desmejorado Pumas que poco o nada generaba de esperanzas a los suyos.

Pero el canon del futbol dicta que un marcador no puede ser dado por hecho hasta el último segundo, y eso lo reafirmarían América y Pumas en aquella fecha pues ante todos los pronósticos se habían cumplido más de 80 minutos de tiempo corrido y los de Coapa aún no tenían en el marcador aquella goleada que prometieron.

Para los apostadores de sepa, el duelo no pudo ser más rompe pronósticos que este, pues ya cuando todos firmaban un muy poco común empate, Dante controló el balón de espaldas a la meta de Muñoz y pudo sacar una media vuelta fácil para que el ‘Arquero del milagro’ se hiciera del esférico, pero su propio defensa Paolo Goltz le cambió la trayectoria al balón y a todos los vaticinios de aquella derrota azulcrema.

La victoria auriazul cayó como balde de agua fría para el americanismo que exigía cada vez más a Mohamed, mientras que para los universitarios se convirtió en el impulso que los llevaría a verse las caras de nueva cuenta a ente América pero ahora en liguilla, donde a pesar de perder en el Azteca, no dejaron ir el marcador en el global donde de nueva cuenta Mohamed no los pudo vencer y tuvo que utilizar el tercer criterio de desempate para avanzar y consumar así uno de los mayores pecados para la afición americanista, no ganar los clásicos.

Apenas un semestre después Matosas se enfrenta a Pumas en su primer clásico al mando del Águila, con un ‘Ferrari’ que a trompicones se va acomodando en la Liga y de nueva cuenta contra un Pumas que ha desplegado poco futbol en el torneo, de este modo, el timonel uruguayo tendrá el duelo en C.U. como la piedra de toque en su carrera en el banco crema, de golear o ganar, la afición podría arroparlo y esperarlo como a Herrera, de perder, quizá el futuro del técnico no alimentará el corazón del Coloso de Santa Úrsula.