17 jornadas, cuartos de final y semifinales, todo ha pasado y sólo quedan dos equipos con vida en este Clausura 2015. Muchos podrán cuestionar la benevolencia del torneo mexicano, pero lo cierto es que Santos y Querétaro han sabido manejar muy bien sus piezas y llegar de la mejor forma a la fase más importante del torneo. Así, dos partidos definirán al próximo monarca de México, en una serie que sin duda sacará chispas de principio a fin.

Si alguien valora estar en esta final sin duda es Pedro Caixinha. El forcado vivió momentos de sumo apremio a lo largo del torneo regular, donde no sólo los resultados lucían por su ausencia, sino que sus constantes declaraciones contra el arbitraje e incluso contra la actitud de varios de sus jugadores ponían en entredicho su continuidad al frente de los Laguneros. Pero el portugués se las arregló para mantener a Santos con vida en la última jornada logrando calificar a la Liguilla, certamen donde lucía como el equipo más débil.

Caixinha se las arregló para mantener a Santos con vida en el torneo regular

Sin embargo, los albiverdes echaron al líder Tigres en cuartos de final, y en semifinales se impusieron categóricamente a Chivas en el Omnilife, callando bocas y por fin alcanzando la Gran Final, instancia que se le había negado a Pedro desde su llegada a México. Con la ilusión renovada y hambre de triunfo, Santos Laguna encarará la que espera sea la serie que le brinde la quinta estrella a su escudo.

La vida es una rueda queretana

La vida da muchas vueltas y como muestra de ello están los Gallos Blancos. Hace un año el equipo sufría por meses sin cobrar, con una administración fraudulenta y diversas investigaciones que ponían al equipo al borde de una posible desafiliación. Pero la luz llegó y una nueva administración se encargó de revivir financieramente al equipo, además de dar un golpe mediático con la contratación de Ronaldinho.

Vucetich arribó al corral para ponerlo en orden

Aunque no ha sido el astro brasileño quien le ha cambiado la cara al equipo, sino Víctor Manuel Vucetich. El Rey Midas arribó al corral para ponerlo en orden y darle un rumbo claro; encontró un equipo prácticamente muerto y lo reajustó para calificarlo a Liguilla de último minuto ante Jaguares y después eliminar a un poderoso Veracruz en cuartos de final.

La semifinal no sería tan fácil, un revés en la ida y un desplante de Dinho hacían lucir poco factible la posibilidad de remontarle a Pachuca; pero con el apoyo de su gente y un planteamiento espectacular dictado por la experiencia de Vucetich, Querétaro derrotó 2-0 a Pachuca y se instaló por primera vez en una final del fútbol mexicano.

La ciudad de la Corregidora ya espera lo que serán los dos partidos más importantes de historia, esperando que esta historia de Cenicienta finalice con una estrella bordada sobre su escudo.

Esta será la segunda vez que Santos y Querétaro se crucen en Liguilla. La primera sucedió en el Apertura 2013, cuando en la ida los Guerreros vencieron a domicilio 2-3 a Gallos, concluyendo la obra en casa con un contundente 3-1.

En sus partidos en fase regular desde el último ascenso de Gallos, Santos se ha impuesto en cinco ocasiones, sumadas a tres triunfos de Querétaro y cuatro empates.

Hombres a seguir

Cuando arribó a México, pocos pensaron que Djaniny Tavares pudiera convertirse en un hombre importante en la Laguna. Sin embargo, sus actuaciones han demostrado lo contrario. Y es que ante la baja de juego de hombres como Javier Orozco, el hombre de Cabo Verde ha sabido hacer valer su físico al frente, reteniendo el balón, distribuyéndolo e incluso por momentos creando sus propias jugadas.

Danilinho fue el mejor hombre de Querétaro en la serie ante Pachuca. El brasileño dio una cátedra de distribución de balón y manejo de partido; aceleraba cuando era debido, le daba pausa y respiro a su equipo cuando se requería y en ningún momento dejó de correr y presionar a los Tuzos. Así, el carioca deberá convertirse en el enlace por excelencia de Gallos, ayudando a desquebrajar lo que se espera sea un auténtico duelo táctico entre Caixinha y Vucetich.