Comenzó el Mundial Sub-20 para México y con él la esperanza de ver en su esplendor a varios grandes prospectos que el fútbol nacional tiene para exponer hoy en día. Su rival para el debut, Malí, sería una gran prueba para ponderar qué tan bien o mal le podría ir a la Selección, dada la siempre grata y competitiva participación de los clubes del continente africano cuando de selecciones con límite de edad se refiere.

El equipo de Sergio Almaguer, comandado en el campo por el arquero del Porto, Raúl Gudiño, y los dos referentes de la cantera de Pachuca, Erick Gutiérrez e Hirving Lozano, arrancaba acciones en punto de las 13 horas, tiempo de Nueva Zelanda y daba pie al inicio de la aventura en tierras oceánicas, esperando –con argumentos reales– comenzar con el pie derecho, buscando ir escalando hasta conseguir la hazaña de ganar otro Mundial con límite de edad, ahora en una categoría de más madurez como la de los 20 años.

Cumpliendo con la expectativa, la Selección Maliense demostró su buen fútbol desde el inicio y, comandada por el mediocampista, Dieudonne Gbakle, del Lille francés, buscaba generar peligro por medio del caracolero, intentando desbalancear a la zaga mexicana, pero sin la suficiente peligrosidad como para incomodar a Gudiño. México, por su parte, empezó a responder, especialmente por la banda derecha, en ataques comandados por ‘Chucky’ Lozano, primordialmente con centros al área con dirección hacia los atacantes, Guillermo Martínez y Carlos Díaz.

Aunque la dominancia se alternaba entre ambos conjuntos, las oportunidades no parecían ser tan certeras para abrir el marcador. Malí con disparo de Diadie Samassekou  avisó primero hasta el minuto 32 y México, al minuto 35, encontró su primera llegada cuando Martínez, después de hacer una gran jugada individual en el área, disparó sin dirección a portería. Una más del ‘Tri’, al 41, cuando Erick Aguirre mandó peligroso centro que Díaz desperdició, regalando su remate al guardameta Djiqui Diarra, y el encuentro se iba al descanso con la situación igualada.

México intentó darle nuevos bríos a su fútbol con la entrada de Orbelín Pineda en la segunda parte. Más allá de eso, lo más relevante de la segunda mitad, fue la sesgada disciplina de ambos equipos, reflejada en la inferioridad numérica en la que los dos cuadros quedaron. Primero, Hamidou Maiga y, después, Diego Gama, dejaban a sus selecciones con menos. No obstante, al equipo nacional mexicano se le complicaría más la situación, pues el jugador del Atlético de Madrid no sería el único pintado de rojo, sino que sería acompañado por Óscar Bernal, dejando a México con 9 hombres con 25 minutos aún por disputarse.

Entonces llegó la debacle. Malí aprovechó su superioridad y no dudó en mermar el espíritu mexicano con un par de anotaciones simultáneas. Al minuto 76, con una pelota parada con rumbo al área, Gudiño se amarró y no salió a cortar un centro que fue bien aprovechado por Adama Traore para poner el 1-0 a favor del conjunto africano. Tres minutos más tarde, al 79, Gbakle le hacía honor a su talento gambetero y, superando con facilidad a una ofuscada defensa mexicana, ponía el 2-0 lapidario, para finiquitar el movimiento de los cartones, solo esperando el pitazo final para cumplir con el trámite.

La Selección Mexicana empezó negativamente su aventura en Oceanía y ahora buscará enderezar el rumbo cuando, el próximo martes en la noche –de México–, enfrente a la Selección Uruguaya en la segunda fecha de la primera ronda. Los malienses, por su parte, iniciaron la ruta con el triunfo que, por lo pronto, los coloca como líderes del Grupo D, y ahora tendrá que medirse a Serbia.