Si hay un momento oscuro en el balompié mexicano, ese se dio el 29 de junio de 2014 dentro de la Copa del Mundo de Brasil 2014, cuando el Tricolor fue derrotado 2-1 en los últimos minutos por Holanda para marginarlo de los cuartos de final y el famoso quinto partido.

Es fácil culpar al árbitro Pedro Proença de marcar un penal en la agonía del partido. Es fácil decir que el holandés Arjen Robben fue un tramposo o que Rafael Márquez pudo haber sido menos imprudente en aquella jugada entrando al área. La realidad es otra.

¿Por qué no culpamos a la baja de juego de los jugadores en el segundo tiempo? ¿Por qué no hablamos de la poca propuesta de Miguel Herrera en el segundo tiempo al sacar a Giovani dos Santos y enviar al campo a un Javier Aquino sin ritmo e idea?

Hasta el minuto 61, México estaba dando la campanada, dominando a Holanda que no encontraba la forma de darle la vuelta al trámite del partido. Louis van Gaal y Patrick Kluivert se volteaban a ver y la reacción no se daba.

Miguel Herrera y sus auxiliares intentaron dar mayor profundidad al cuadro mexicano con la entrada de Javier Aquino y la salida de Giovani dos Santos, quien por cierto, anotó el único gol para México. El equipo se comenzó a regalar, se rompieron líneas y Holanda aprovechó la mesa servida del ‘Piojo’.

Memo Ochoa, como ante Brasil, se había convertido en la figura del encuentro, situación que nos habla de la pobreza futbolística de México en la segunda parte. Sneijder empató al 88’ y todo se desmoronaba. 

Holanda asediaba al equipo mexicano en los últimos segundos del encuentro y una pasividad colectiva entre Miguel Layún y Diego Reyes, provocó que Arjen Robben entrara al área y que con mucha viveza, se encontrara con la pierna de Rafael Márquez y engañara al árbitro. Penal y Huntelaar no perdonó y México se quedó fuera por sexta ocasión consecutiva en octavos de final de la Copa Mundial.

El #Noerapenal se volvió viral y hoy, a 365 días de aquél episodio, se revive el sentimiento de tristeza y el asombro de la afición mexicana que ya celebraba el pase de su selección a la siguiente ronda.

El juez central se equivocó, no hay duda, pero los principales culpables de la debacle mexicana y del fracaso en el cuarto partido es única y exclusivamente de jugadores y cuerpo técnico. ¿Tenías en un puño a una potencia mundial y no liquidaste a tu rival? Al final, la excusa perfecta a la incapacidad: #Noerapenal