Noche fría y lluviosa en la capital mexicana y sobre todo al sur de la Ciudad de México. Cerca de 25mil personas acudieron al Estadio Azteca con la esperanza de ver volar al América por primera vez en el Coloso de Santa Úrsula dentro del torneo liguero. Del otro lado de la cancha estaría el benjamín de la Liga MX, un equipo que llegaba como víctima a la cita y basándose en los antecedentes, los seguidores azulcremas tenían confianza de ver a su escuadra triunfar.

Primer tiempo rocoso con un América apoderado del balón pero que no encontraba la manera de poner en predicamentos a un Dorados que se plantó bien sobre el tapete verde. Héctor Mancilla despertó al auditorio con un disparo lejano que se estrelló en el travesaño, luego de 30 minutos sin verdaderas acciones de peligro en ambas áreas. Fue hasta el minuto 40 que Oribe Peralta mandó el primer aviso de la noche con un remate de cabeza que pegó en la red frontal.

Cuando parecía que la pizarra no sufriría alteración alguna en los primeros 45 minutos, llegó un autogol de Jesús Chávez en la agonía del primer tiempo. Paul Aguilar envió un centro por debajo buscado a Darío Benedetto; Luis Ernesto Michel y el zaguero dorado trataron de impedir que la pelota llegara a su destinatario y fue el defensor quien cortó la trayectoria del balón, no obstante, para la mala fortuna del conjunto visitante, el cuero se metió en la cabaña sinaloense.

A pesar de ir abajo en el marcador, Dorados de Sinaloa no cambió su idea y siguió por la misma línea en el segundo tiempo. La circulación de la redonda continuaba a cargo del cuadro local, aunque la generación al frente era escasa. Corrieron los minutos y Dorados no tenía presencia en campo rival, por lo que Carlos Bustos se vio obligado a modificar su planteamiento táctico y realizar cambios. La metamorfosis que hizo Bustos le trajo consecuencias negativas, puesto que en su intento por ser más agresivo, terminó por brindarle mayores facilidades a su adversario y ver quebrantada la seguridad de su última línea

Caso contrario fueron los ingresos de Ignacio Ambríz, los cuales, le retribuyeron de buena forma, específicamente Michael Arroyo, quien entró a revolucionar el ataque crema. Al minuto 78 se rompió definitivamente el partido. Oribe Peralta finalizó con anotación una jugada americanista de 22 pases, cuya pudo haber sido patentada por cualquier club de clase mundial. Cinco minutos después, Darwin Quintero, quien tenía tres minutos en la cancha puso el 3-0 y canjeó los abucheos que recibió al momento de saltar al empastado por reacciones de júbilo y aplausos.

Las Águilas quisieron repetir el resultado frente al Motagua y lo consiguieron al minuto 89. Michael Arroyo inició una descolgada y acarreó el esférico varios metros para cederlo a Darío Benedetto, y fue El Pipa quien sacó un disparo potente que resultó imposible de detener, poniendo cifras definitivas. En la última semana, América registra tres victorias y 11 goles por cero encajados. Este viernes, los emplumados buscarán mantener su buena racha en Torreón, dado que se medirán contra Santos Laguna en punto de las 21:30hrs.

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Sobre el autor
Jesús Barrientos Espitia
Editor y corresponsal. Jefe de las redacciones: Cruz Azul y Santos Laguna.