En el papel, su nombre ha dejado esa faceta secundaria; en el pasado quedó su rol secundario bajo el ala de Miguel Herrera. A priori, el nombramiento de Baños tomó al medio por sorpresa puesto que su edad, 39 años, y experiencia como directivo, auxiliar de Miguel Herrera en Veracruz, Atlante, Tecos, América y Selección Mexicana, generan dudas para la responsabilidad y exigencia que requieren una investidura como la que Decio de Maria le otorgó.

A días de ser nombrado como el nuevo Director Deportivo de Selecciones Nacionales, Santiago Baños ha comenzado a atender las llamadas de medios de comunicación para responder las preguntas respecto a este renovado proceso que comenzará en forma con el nombramiento del nuevo seleccionador nacional.

En una larga entrevista con TVC Deportes, consciente o inconscientemente, la nueva maxima autoridad deportiva del Tricolor, fruto de la agridulce experiencia vivida al lado de Herrera, dejó entrever las metas que se ha puesto entre ceja y ceja.

Por sus declaraciones, Baños parece haber aprendido la lección del cuarto poder. La afrenta que la Selección Mexicana tuvo con los medios de comunicación fue un error que deberá resarcir.

"No era la forma ni la manera. Se tiene que mejorar la relación entre la Selección y la prensa; de los dos lados. Tiene que haber una mejor relación para que esto funcione. Si hay peleas, no se llega a nada. La mejor manera de trabajar es en conjunto. No se trata de estar divididos".

Asimismo, tiene claro que se deben limar las asperezas que generó el último inquilo de la silla tricolor. "Sentarnos representantes de medios, de los jugadores y de la federación. Todos vivimos de lo mismo, a nadie le conviene estar peleados. La mejor manera de llevar la fiesta en paz es estar todos conscientes en lo que tenemos que mejorar y trabajar".

El lado encarador y explosivo de Baños es conocido por todos. Para ejemplo, la gresca en el túnel del Azteca contra Cruz Azul o, más reciente, su expulsión por retar a golpes al cuerpo técnico de la selección panameña. Su imagen ha sufrido roces generados por su carácter y es por eso que extiende una mano.

"Espero que los medios me ayuden y, antes que nada, aceptar que fue un error (agresión ante Panamá). Todos somos humanos y reaccionamos, aunque muchas veces no de la forma correcta. Hay que aprender de nuestros errores. Estar consciente que ahora estoy en otro puesto, tengo que tener más serenidad y calma. Debo ver las cosas más claras y objetivamente. Tengo que madurar en ese sentido y transmitir calma".

Aquel que no conoce la historia, está condenado a repetirla. Da la impresión que Baños tiene claro dos cosas: que el de los jugadores deberá cambiar por usted y que la crítica es imperativa.

"Yo tengo que pintar mi raya con los jugadores y tener en la cabeza lo que soy. Deberé trabajar de otra forma, separarme un poco y no ver las cosas desde dentro. Tengo que estar abierto a las críticas también. Si no, no creces, te estancas y surgen los problemas".

Lo que sus piernas no le permitieron destacar, hoy lo sujetan sobre la silla de Director Deportivo del equipo de más de 120 millones de mexicanos. Que el balón ruede porque éste jamás miente.