Desde 1998, la historia del fútbol mexicano y el holandés se ha estrechado. Si comenzamos a recordar, seguramente empezaremos por aquel partido en Francia 98' con resultado de empate; después llegaríamos a un par de partidos en Mundial sub 17 con triunfos para México; también pasaría por nuestra mente el exitoso paso de Salcido, 'Maza', Guardado, Moreno y 'Tecatito' por la Eredivisie; incluso, los de Chivas pensarían en la huella de Hans Westerhoff, John van 't Schip y Johan Cruyff por la institución tapatía; y por último, el tan célebre como doloroso 'No era penal', con la ya legendaría figura de Arjen Robben cayendo ante el pie clavado de Rafa Márquez.

Todos y cada uno de los pensamientos anteriores han creado algún impacto de alta repercusión en nuestro fútbol, tanto para bien como para mal. Sin embargo, existe un lazo más, uno que casi nadie recuerda, y quienes lo vivieron quisieran olvidar. La marca del único futbolista holandés que ha actuado en nuestra Primera División.

Corría el año de 1998, y Veracruz se encontraba en serio peligro de descenso, teniendo ese torneo que solventar la situación y evitar al tan temido fantasma. Fue entonces que se anunció a un refuerzo poco común: Romeo Wouden, holandés procediente del Boavista portugués, equipo con el que participó medio partido en el semestre anterior. Previamente, el europeo contaba con un cartel aceptable en su natal país, con 75 goles a lo largo de nueve temporadas con el Dordrecht y el Heereenven.

Pero vestido de 'escualo', no ejercería mayor cartel para salvar a un equipo que terminaría por descender. Wouden jugó la nada honrosa cantidad de ocho partidos a lo largo del Verano 98', donde acumuló 326 minutos, que sólo le valieron para anotarle un gol a Toluca en el 'Pirata' Fuente, en un partido que terminaría empatado a dos anotaciones. Tras la desastroza campaña, el europeo permaneció en el Puerto entrenando a un equipo local, para después cruzar el charco de regreso a su nación, donde se retiró y fundó un grupo de jazz.

Veracruz en el Verano 98'
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Así, sin pena ni gloria y completamente alejado del fútbol total, transcurrió la historia del único holandés en nuestra liga. Seguramente no es ningún orgullo para la afición 'escuala', que 17 años después, disfruta de su equipo en Primera División y con extranjeros de buen nivel.