Aproximadamente 300 aficionados con trapos y pancartas, algunos hasta con globos asistieron a la noche del sábado tan sólo para recibir a Rafael Márquez en el aeropuerto de Guadalajara, sacarse un par de selfies con 'Rafa', y con suerte algún autógrafo en la playera del llamado 'hijo pródigo del Atlas'.

El lunes, se leían en los rotativos de los diarios locales calificativos como “ídolo”, “leyenda”, “emblemático” para referirse al canterano rojinegro dos veces campeón de Europa. Incluso, este martes habrá una presentación del 'Káiser' michoacano en el estadio Jalisco en un entrenamiento a puerta abierta, para que los fanáticos puedan ver de nuevo al cuatro veces mundialista vestir la casaca de los ‘Académicos', sin mencionar la rueda de prensa para anunciar su llegada, que fue amenizada previamente con un video-homenaje, para posteriormente enfundarlo en su nueva playera con el '4' en el dorsal.

En medio de tanta algarabía mediática, tal vez una pregunta pertinente sería, ¿'Rafa' Márquez merece tantos laureles por parte de la afición rojinegra?

Por currículum y trayectoria no hay duda, el mejor de todos los tiempos. Basta con darse una vuelta por Google para corroborarlo. Por profesionalidad poco y nada que reclamarle a quien siempre ha asumido el papel de líder en la Selección de México en los últimos 10 o 15 años. Por amor a la camiseta… bueno, ahí sí el ex campeón de Francia y España tiene un asterisco que no cualquiera lo dejará pasar. Me explico.

En reiteradas ocasiones, 'Rafita' ha declarado su amor e interés por el Atlas, pero en el momento más crítico para el cuadro tapatío, el central se quedó en declaraciones y pocos hechos. A finales del 2012, Márquez manifestó su deseo por volver a México, estando a unos meses de concluir su contrato con los Red Bulls, y dijo que su prioridad eran los 'Zorros', incluso llegó a decir: “yo no pretendo mucho, lo que importa es lo que quiera Red Bull por mis servicios, esto es más sentimiento que en lo económico".

En aquel entonces, los 'Zorros' enfrentaban una dura crisis económica, al grado que a jugadores como a Vuoso les adeudaban salarios y primas, y para rematar estaban sumergidos en la tabla porcentual empatados con Querétaro con 0.9412 de cociente. Para el siguiente torneo, el Clausura 2013, se jugarían su puesto en la máxima categoría del futbol mexicano. Rafa caería como lluvia en temporada de sequía.

Los coqueteos entre la directiva y Márquez cada vez fueron más constantes, pero cuando 'Rafa' vio el salario que le iban a dar lo sintió como una “falta de respeto”, dijo en su Twitter, aun cuando ponía por encima los sentimiento que lo económico, como él lo mencionó. En cuestión de días, el ex del Barca se arregló con el conjunto de León, que había sido comprado por un grupo empresarial que le pertenece a uno de los hombres más ricos del mundo: Carlos Slim. “Rafa Márquez rompió su promesa de regresar al Atlas: ya es jugador del León”, se leía en el titular de un artículo de Proyecto Diez.

Rafa dejó al Atlas en uno de sus peores momentos. Lo que posteriormente pasó con ambos es historia. 

Ahora regresa 'Rafita', cuando el dinero fluye en Atlas, cuando ya no hay descenso al acecho, cuando la nómina llega completa cada 15 días. En el 2013 prefirió ser empleado de Slim y llegar a León antes que al equipo de sus amores, que por poco y pierde la categoría.

Márquez es un ídolo pero del fútbol mexicano, en Atlas aún tiene muchas cuentas pendientes, sobre todo la que dejó en aquel torneo del Verano del 99. 

Bienvenido, 'Káiser', tienes muchas deudas y poco tiempo para pagarlas. Siempre eres bienvenido.