El hombre promedio utiliza alrededor de siete mil palabras por día, esto sin contar las que escribe, sobre todo en esta era de comunicación total. De entre todas, pocas son las que verdaderamente engloban un significado especial, y entre esas, una de mis favoritas es: hogar.

Porque a diferencia de casa o estancia, hogar abarca más allá del lugar físico donde una persona habita. Es más, un hogar puede ni siquiera ser algo físico. Pero, ¿para mí qué es hogar? Hogar es esa sensación de estar donde perteneces, donde pase lo que pase nunca te van a dejar, donde todo lo malo se ve opacado por la luz de lo bueno, donde lo pasado sólo hace tener más ganas de disfrutar el presente y esperar con ansias el futuro y cuando entiendes que todo esfuerzo tiene su recompensa. Aunque a veces sólo dure un suspiro.

Así pues, hogar no se le puede llamar a cualquier lugar, ni tampoco a cualquier sensación, pues no es algo predeterminado, sino algo que simplemente aparece y lo identificas por lo que es. Ese abrazo de mamá cuando todo iba mal, esa tarde que no paraste de reír con tus amigos, aquella noche de disfrutado desvelo con tus colegas, el grito de gol que compartiste con 30 mil almas, la vez que alguien te dio las gracias de verdad por algo... todo eso es un hogar, de donde no deberíamos salir nunca.

Y es por eso que hoy, en el Día VAVEL, les puedo decir que este periódigo digital es mi hogar. Porque he encontrado personas increíblemente talentosas, con sueños y ambiciones que se apoyan unas a otras. Porque en tiempos difíciles el barco ha seguido flotando, siempre de manera divertida. Porque no se le puede llamar de otra forma al lugar que me ha abierto las puertas y me ha conducido a otros hogares. Gracias, hogar mío, por permitirme compartir mi pasión. Gracias por permitir que seas mi hogar. 

Ahora sólo resta decir que la historia continúa, y agárrense, que este hogar apenas va a demostrar de lo que es capaz.