Si algo ha caracterizado a Cruz Azul es la contratación de jugadores extranjeros, ya sean de mal o de buen nivel, pero si nos remontamos a grandes contrataciones es imposible no citar a dos jugadores que cumplieron con las expectativas, que llegaron en modo de préstamo a la institución cementera y que, de haberse logrado su compra definitiva, hubieran generado un futuro muy alentador, incluso con la posibilidad de haber jugado juntos. Nos referimos a Luciano Figueroa y a Sebastián ‘El Loco’ Abreu, los refuerzos que se le fueron a Cruz Azul.

Con buenos números, a pesar de solo jugar un año con La Máquina, supieron ganarse el cariño de la afición con sus goles y su gran nivel de juego. El primero de ellos en llegar fue Sebastián ‘El Loco’ Abreu, quien arribó en 2002 para los torneos Apertura y Clausura de ese mismo año. Proveniente de Nacional, regresaba a México después de su paso por Tecos. Llegaría a jugar 52 partidos con la camiseta celeste, registrando 46 goles con un promedio de gol cada 88 minutos, además de entregar un título de goleo individual para después regresar a Nacional y retomar el mote de 'trotamundos' que lo ha caracterizado.

Por último, pero no menos importante, Luciano Figueroa llegaría a Cruz Azul para el año 2004 proveniente de Birmingham, donde se reencontraría con quien volvería a formar una gran dupla; nos referimos a César Delgado, a quien conocía desde sus orígenes en Rosario Central, de su natal Argentina. Apareció en La Noria para marcar 21 goles en 33 partidos, promediando un tanto cada 66 minutos; igual que Abreu, sólo llegaría para los torneos Clausura y Apertura del 2004 para después jugar en España con el Villarreal. Sin duda alguna dos grandes refuerzos con los que se pudo haber logrado grandes cosas de haberse quedado en Cruz Azul.