El buen paso que llevan los Pumas de la UNAM en la Copa Libertadores 2016 es sorpresivo para muchos tomando en cuenta que en las dos ediciones pasadas el cuadro del Pedregal no desplegó su mejor futbol, hecho completamente antagónico a lo que han demostrado en lo que va de las primeras cuatro jornadas del torneo de clubes más importante en el continente.

Tres victorias y apenas una derrota es la que acumula el conjunto unamita, números que lo ubican como el tercer mejor combinado de todo el certamen, sólo por debajo de Atlético Nacional (Colombia) y Atlético Mineiro (Brasil), pero nada de esto sería posible sin las actuaciones tan destacadas de los jugadores que nacieron en el cono sur de América y con el balón tatuado.

No es que los jugadores mexicanos sientan menos la Copa Libertadores, pero en palabras de Gerardo Alcoba, uno de los protagonistas de las hazañas de los auriazules: "La Libertadores para un sudamericano es la Champions". 

A pesar de que no está en duda la entrega de los canteranos y los jugadores nacionales, hay algo que hierve en la sangre de los jugadores sudamericanos a la hora de escuchar "Copa Libertadores", no en vano ocho de los diez goles que tiene hasta el momento el Club Universidad Nacional han sido obra de ellos. 

Los cuatro goles de Ismael Sosa pueden justificarse por su habilidad natural dentro del área y sobre la línea final, incluso el gol de Luis Quiñones contra Olimpia no supera lo mínimo esperado del jugador que en su primer temporada banqueó a Fidel Martínez, pero al momento de ver a Darío Verón y Gerardo Alcoba en la tabla de anotadores es cuando se distingue algo inusual. 

Y ya que salió Fidel Martínez, también es importante destacar su labor así como la de Matías BritosDaniel Ludueña e incluso la de Dante López, los cuatro elementos que completan el poderoso combinado de jugadores nacidos fuera de México que le han impreso una nueva cara al equipo.

Regresando a los goles, es cierto que ambos centrales de Pumas tienen predilección por ir al frente y no pueden faltar dentro del área cuando hay cobros de balones detenidos, pero más allá de la entrega que ha demostrado el charrúa desde su primer día en México y el corazón que tiene el guaraní después de más de una década en la institución, hay un ápice de esfuerzo extra en los partidos de Copa Libertadores.

Pero tampoco se puede ignorar que al menos Verón y Ludueña son dos elementos que a pesar de su gran profesionalismo y estado físico, ya no se encuentran en sus mejores años, sin embargo, eso no los detiene a la hora de pelear los balones dentro del campo.

Y ya sea con ese extra del capitán Verón, que parece tomar un último respiro antes de retirarse como uno de los máximos referentes del club, la osadía de Alcoba por pelear cada balón hasta la última instancia, la velocidad de Quiñones a la hora de perseguir un pase filtrado y sacar un centro sobre la línea de cal, el temple de Ludueña en el círculo central, los toques de primera intención de Britos, los cortes de cintura de Martínez, los piques de Dante o la efectividad de Sosa desde los ángulos más complicados, el aire que imprimen en Pumas permite que las ilusiones crezcan en torno al sueño libertador.