La Copa América Centenario está a la vuelta de la esquina, y por ello, todas las selecciones participantes comienzan a calentar motores rumbo a lo que se espera sea una gran contienda. Así también lo hizo México ante su similar de Paraguay, en un cotejo donde Juan Carlos Osorio aún no contaría con plantel completo.
Pero más allá de eso, iniciaban las acciones. Los primeros minutos nos depararon un buen ida y vuelta que prometía. Tanto Aztecas como Guaranís saltaban con actitud propositiva, que lamentablemente se fue apasiguando con el correr de los minutos, convirtiéndose en un partido con demasiado roce. El primero en sufrir esos estragos fue Jesús Dueñas, quien tras una entrada, apoyó mal la mano dislocándose un dedo; de inmediato fue atendido por el cuerpo médico, y luego de inmovilizar la zona, pudo continuar en el partido con normalidad, sólo para recibir una fuerte barrida por detrás minutos después.
Sin embargo, el futbolista de Tigres no se achicó ante la rispidez y el minuto 31, envió un excelso cambio de juego para Jürgen Damm, quien controló y se internó en el área para después tocar a Andrés Guardado, que de manera sutil empujó el balón a las redes con el pie izquierdo. Con la anotación, el partido se fue cayendo, provocando incluso el murmullo de la gente, que ante el silbatazo de medio tiempo esperaba ver un mejor show en el complementario.
Dicha ilusión no fue correspondida, pues el partido continuó siendo denso, sin aproximaciones claras ni dominador, propiciado esto por la infinidad de cambios clásica de amistosos. Lo poco vistoso llegó al 65', cuando tras un desborde Aquino, Oribe Peralta se quedó a nada de meter el segundo.
Ya sin iniciativa ni nada por qué jugar, los equipos se dedicaron a pasear el balón y evitar lesiones, sellando así un 1-0 final. Con eso, Juan Carlos Osorio continúa con racha perfecta al mando de la Selección Mexicana, con la cual enfrentará a Chile el próximo miércoles, esperando ya poder contar con la mayoría de su plantel disponible.