Triste exhibición la que dejó Puebla en la Jornada 3 del Clausura 2017. Ante un Querétaro que vino con la exclusiva encomienda de buscar una igualada sin goles, La Franja no dio muestras de capacidad y, siendo nula al frente, se tuvo que conformar con lo que el rival le dictó.

Cuesta trabajo sacar algo positivo del empate. Más allá de haber mantenido la portería propia en ceros tras nueve goles encajados en sus dos juegos previos, la realidad apunta a que esto fue más por la indiferencia de Gallos Blancos por atacar, que por una tangible mejoría de la zaga poblana.

Salvo Canelo y Esparza, poco ante Querétaro

Puebla no se encontró en el campo en ningún momento. Excluyendo a Alexis Canelo y a Gabriel Esparza cuyos rendimientos fueron aceptables (principalmente el de Esparza), es complicado brindarle una calificación positiva al resto, tanto en materia colectiva, como en materia individual.

El equipo de Ricardo Valiño, que muchas veces en el pasado fue rescatado por el tesón y no tanto por el buen fútbol, cumplió 20 partidos ligueros y es la hora en la que aún no da muestras claras de qué es lo que busca en el campo. No hay una constante en su accionar; no es sólido atrás y tampoco es profundo al frente. Solo el talento individual, que en el pasado fue respaldado primordialmente por Matías Alustiza o Álvaro Navarro y en el presente recaerá en Alexis Canelo o Gabriel Esparza, parece ser el que permitirá que Puebla logre sacar resultados.

Sin embargo, si se rememora el desempeño de los primeros dos mencionados, también se tendrá que recordar que ninguno de los dos se mantuvo constante. ¿Qué haría pensar que la situación con los dos segundos sí lo será? O en el mejor de los casos, aun siendo así, no debería ser el objetivo primario. Al final, es todo un equipo y no solo un par de piezas las que deben sacar a flote un barco. Y por lo pronto, insistiendo, son solo ellos dos los que se salvan y la mano del estratega no se ve.

Ya jugaron los refuerzos… al menos en Copa

Para esta cuarta semana, todos los extranjeros están registrados y sin pretextos de participación. A Esparza ya se había agregado Federico González ante Querétaro y en la Copa MX ya participaron Claudio Pérez, Pablo Cáceres, Gonzalo Ramos y Carlos Rodríguez. Ramos y González, de buena actuación por lo pronto; los otros tres, aún por verse más.

De Osvaldo Centurión mejor ya omitir comentarios. Última vez que se habla de él, hasta que debute (si es que lo hace). Al final, ni siquiera los nueve goles recibidos, la ausencia de Robert Herrera y la pobre actuación de Edgar Dueñas (el a la postre sustituto de Herrera) en el primer juego de Copa MX, permitieron que el uruguayo participara contra Gallos Blancos. Una nueva oportunidad se presentó en el segundo juego de Copa y nada aún. No hay que ser un genio como para entender que a Valiño no le convence en lo más mínimo.

Retomando el tema original, sería interesante ver a quién se anima a meter el DT ante Santos. Por lo pronto, ya hace vislumbrar que al menos uno de ellos sí jugará. Al final, todas las posiciones que desempeñan los foráneos que llegaron, son necesarias de cubrir en el once inicial de Puebla; un central, un lateral izquierdo, un enganche, un delantero centro. En todas esas adolece La Franja y es momento que se vea la mano de los refuerzos. Urge que ayuden.

Durísima prueba en Torreón

Santos no es precisamente el rival a vencer de la Liga MX en la actualidad. Aun así, para Puebla sí que es uno de los equipos más complicados del país cuando le toca fuera de casa. Desde su regreso a Primera hace casi una década, La Franja no fue capaz de volver a ganar en el Estadio Corona y tampoco lo ha hecho en el TSM.

Puebla nunca ha ganado en el TSM

Puebla, a lo máximo que ha aspirado en sus visitas a Coahuila es a empatar. Incluso, esa ha sido la constante en los últimos cuatro partidos de liga, en donde La Franja, en cada uno de ellos, se llevó un punto (incluido el del Clausura 2015 que representó la salvación).

El presente camotero, con apenas un punto de nueve conseguidos, da pie a que el empate sepa desabrido tomando en cuenta todo lo dejado de hacer en este inicio de campeonato. Si Puebla quiere revertir el mal inicio, deberá buscar el triunfo. Principalmente, considerando que de local no está viéndose ni remotamente fuerte.

Al final, la estadística no implica que las cosas tienen que ser siempre constantes. Aunque para infortunio del Puebla, si algo dejó en claro tal situación fue la impredecible goleada que le propinó Tijuana en la Jornada 2. Por lo mismo, La Franja está tan obligada a ganar en Torreón como lo estuvo contra Querétaro y como lo estuvo de sacar puntos contra Xolos y Rayados. Es decir, tiene una deuda grande considerando que, en ninguno de sus tres partidos hasta el momento, sacó el resultado esperado.

Concluyendo, y aunque esta vez no se ahondará en la Copa, esperemos que haya sido ese triunfo conseguido ante Atlas el necesario para que Puebla se motive. Al menos ahora, el equipo podrá llegar a Torreón con la carga anímica aligerada, entendiendo que ya pudo ganar en el año y que sus foráneos ya están listos. Es momento de que La Franja despierte. Tres semanas fueron suficientes para espabilar. Ya no deberían ser admisibles presentaciones como las dadas en los pasados 180 minutos de la liga.