Un día como hoy pero 29 años atrás América se volvía a cruzar con los Pumas de la Universidad Autónoma de México en una final más del balompié azteca. De la mano de Jorge Vieira los azulcremas se imponían una vez más ante su clásico capitalino obteniendo así la séptima estrella en la época profesional para los de Coapa.

La 87 88 fue la temporada en la cual arribó al nido Antonio Carlos Santos con tan solo 23 años de edad. Su llagada sería un buen presagio para las Águilas pues el ´Negro´ aseguró que llegaba al América con la promesa de ser campeón, de acuerdo a sus ´primeras declaraciones como ´Milloneta´.

El once titular estaba comprendido por: Chávez; Herrera, Rodríguez, Tena, Huerta; Santos, Luna, Farfán, Ortega; Zague y Hermosillo. Equipo que consiguió el liderato general, además de haber obtenido la cuota goleadora de 86 tantos, siendo también el equipo más goleador de la temporada.

En liguilla dejaron en el camino a Puebla en cuartos de final y a Morelia. La final sería contra los felinos, equipo con quien desde sus inicios nació una gran enemistad debido a factores sociales, culturales y futbolísticos que se fueron acrecentando con el paso de los años.

El partido de ida fue celebrado en el Estadio de Ciudad Universitaria donde por la mínima diferencia los felinos se llevaban el triunfo con gol de Luis Flores desde los once pasos.

Lo mejor se reservaba para la vuelta en el mítico Coloso de Santa Úrsula, donde los muchachos de Vieira salieron a comerse al rival con el estilo de juego desplegado a lo largo de la temporada. Un juego vistoso, ofensivo y casi funcionando como los engranes de un reloj.

El primer gol del partido corrió a cargo de Farfán que con un disparo raso y esquinado vencía al entonces guardameta universitario Adolfo Ríos. Luis Flores ponía el empate, sin embargo poco duraría el júbilo auriazul porque apenas al minuto 4´ del segundo tiempo Farfán anotaba de nuevo y encendía de nuevo las gradas del Azteca.

Todavía no terminaban de festejar el gol de Farfán cuando Adrián Camacho sorprendió a Ríos con un tiro de larga distancia para poner el marcador 3-1 en favor de las Águilas. Carlos Santos sería el encargado de ponerle broche de oro al festejo azulcrema ejecutando un penal con su particular estilo, así el zurdo nacido en Bahía veía cumplida su promesa y América se coronaba campeón una vez más ante la Universidad.