Y apareció el complemento por la banda contraria… Fueron distintos torneos en los que Cruz Azul no podía contar con dos jugadores de velocidad, regate, técnica y llegada por sus extremos al mismo tiempo. Este torneo Édgar Méndez llegó para aportar su calidad en su sector.

Su arribo representa más que un EI en el equipo. Llega en un buen momento y, hasta ahora, se le ha visto dinámico, veloz, con intensidad y sacrificio para apoyar a la causa celeste.

Cuando solo hay un jugador que llega a línea de fondo y en el costado contrario no, el juego puede parecer predecible. El torneo pasado Martín Rodríguez ocupaba el lado izquierdo y en el derecho terminó jugando Ángel Mena. Una especie de “falso extremo”; se colocaba en ese extremo pero constantemente realizaba diagonales para armar las ofensivas azules. Muy eficiente, pero se perdía profundidad.

Ante esto, el ecuatoriano “liberaba” ese sector al hacer sus constantes entradas al centro y el lateral correspondiente, Omar Mendoza, se encargaba de avanzar más a línea final.

¿Cómo puede jugar Cruz Azul ahora?

Por lo general, el planteamiento cementero deja a tres o cuatro jugadores dedicados mayoritariamente para labores ofensivas. 4-2-3-1; dos extremos, un enganche y un delantero. 4-3-3; dos extremos nuevamente y el centro delantero.

Para aprovechar al máximo la velocidad y la profundidad de los elementos en los costados, así como la creación de los ataques azules con Ángel Mena por el centro como enganche; se ha desarrollado mejor por la banda derecha, pero no desconoce esa posición en la cancha, deberían estar los extremos mencionados como titulares.

También dependerá de la situación y el rival. En el encuentro ante el Porto fue posible ver un 4-4-1-1. Édgar Méndez estaba aún más pegado a la derecha. La lesión de Martín Rodríguez abre la posibilidad de alternar por su banda al español y regresar a Ángel Mena a la derecha. En el centro podría incluirse un jugador más (Francisco Silva o Alejandro Faurlín). Otra opción es mantener un 4-4-2 y aprovechar la llegada de Felipe Mora para acompañar a Martín Cauteruccio.

Era necesaria la incorporación del procedente del Alavés. Sus características no se tenían en la plantilla. Agregar a eso el compromiso mostrado en el inicio de su estadía con el conjunto de Francisco Jémez, destacar las distintas variantes que puede aportar al dibujo del estratega y al juego de Cruz Azul. Es un comienzo ameno que se debe llevar gradualmente.